Ahora más que nunca, visibilidad y Orgullo LGTBIQ+

Hemos entrado en una época en la que la visibilidad se vuelve a cotizar cara, y por eso es más necesario que nunca reivindicarla.

Mucho que reivindicar y celebrar en este Orgullo. Ilustración: Iván Soldo
Mucho que reivindicar y celebrar en este Orgullo. Ilustración: Iván Soldo
2 julio, 2025
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Hace unas semanas estuve en Viena y lo primero que me llamó la atención nada más bajarme del avión fue la cantidad de banderas LGTBIQ+ que había en cada esquina: ondeaban en instituciones públicas, en plazas, en museos e incluso el tranvía que cruzaba la ciudad lucía con orgullo su bandera multicolor. Y no solo eso, sino que un lugar tan emblemático de la ciudad como el Albertina Museum había organizado una exposición especial y hasta había pintado sus escaleras de acceso con la bandera arcoíris.

Celebra el Orgullo de Ámsterdam por todo lo alto.

Imagen del Pride de Ámsterdam

Sorprendido, les pregunté a unas amigas a qué se debía esta explosión de diversidad, ya que consideraba Austria un país un tanto conservador desde que la ultraderecha había irrumpido con fuerza en las elecciones del año pasado, y su respuesta fue clara y directa: “Es que es el mes del Orgullo. Es lo normal”.

De pronto, todo encajó y recordé que siempre, durante el mes de junio, la visibilidad se instala en las calles de medio mundo y, al menos por unos días, la diversidad se convierte en la protagonista. O al menos eso creía, porque en cuanto volví a Madrid me fijé en nuestras calles y me di cuenta de que el gran colorido que había encontrado en Austria, y que otros años también había visto aquí, se había esfumado. ¿Dónde estaban los quioscos que tiempo atrás ondeaban –y vendían– nuestra bandera? ¿Y qué pasaba con los escaparates de los comercios o la publicidad callejera? ¿Adónde había ido a parar, pues, ese capitalismo rosa que tanto nos molestaba y que siempre criticábamos?

Ilustración: Iván Soldo

Ilustración: Iván Soldo

Entonces, caí en la cuenta de lo que estaba pasando: hemos entrado en una época en la que la visibilidad se vuelve a cotizar cara. Y es que la oleada ultraconservadora que recorre el planeta, desde los Estados Unidos de Trump hasta el Madrid de Ayuso, pasando por la Argentina de Milei o la Italia de Meloni, está provocando que empresas, instituciones y población general comiencen a dar pasos atrás con respecto a su compromiso con la diversidad, esa que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir. Es más, los gobiernos radicales, tanto locales como nacionales, están intentando a toda costa que dé miedo apoyar abiertamente al colectivo LGTBIQ+ para que, de esta forma, se vuelva a épocas en las que colgar la bandera se convertía en un desafío, tanto laboral como personal.

Atrás quedan los tiempos en los que recriminábamos a las grandes empresas que tan solo sacaran la bandera en el mes del Orgullo para luego olvidarse de nosotros. Ahora parece que tenemos que darnos por satisfechos si respetan mínimamente nuestros derechos y no ceden completamente a las exigencias de la ultraderecha. El caso de Viena, según me contaron también mis amigas, respondía a un compromiso personal con la diversidad por parte de su alcalde, pero fuera de la capital todo era muy distinto. Es por eso por lo que los Orgullos son ahora más necesarios que nunca. Los de cada ciudad y los de cada pueblo, por muy pequeño que sea –de hecho, la proliferación de los Orgullos rurales en una de las cosas que más feliz me hacen en estos momentos de oscuridad–.

Ahora más que nunca, visibilidad y Orgullo LGTBIQ+

Ilustración: Iván Soldo.

Así pues, de ahora en adelante es nuestro deber redoblar los esfuerzos para demostrar que existimos, que estamos aquí, y que no somos como los monstruos que viven debajo de la cama, que desaparecen si se cierran los ojos muy fuerte o si se mira para otro lado. Y es que vamos a seguir ocupando espacio público, con o sin el beneplácito de los demás. No nos vamos a marchar y, ni mucho menos, vamos a dejar vía libre al odio y a la intolerancia. Así que por muchos tiempos oscuros que vengan y por muchos intentos de invisibilización que haya, vamos a hacer nuestras las calles. Orgullosos de nuestros colores, de nuestra forma de ser y de nuestra existencia. Ahora más que nunca, vístete con tu bandera, sal a la calle y grita con fuerza: “Visibilidad y Orgullo”.

CARLOS BAREA ES ESCRITOR, EDITOR Y ACTIVISTA CULTURAL. RECIENTEMENTE HA PUBLICADO EL ENSAYO REBELDES DEL DESEO. GAIS, LESBIANAS Y BISEXUALES EN LA CREACIÓN ARTÍSTICA DEL SIGLO XX (PLAZA & JANÉS)
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