Brillante, elegante y con una lengua que no se muerde ni cuando habla de ciencia ni cuando escribe novelas –aunque él mismo se autodefina como “soso”–, Eduardo López-Collazo es de esos hombres que pisan fuerte en todos los escenarios que habitan. Físico nuclear, doctor en Farmacia, investigador biomédico, referente en inmunología, director científico durante años de uno de los centros más importantes del país, voz autorizada durante la pandemia… Y además, activista. No de pancarta, sino de pensamiento. De los que incomodan con argumentos.
Habitual en la lista de las 100 personalidades LGTBIQ+ más influyentes de España del diario El Mundo, Eduardo López-Collazo ha ido abriendo puertas desde dentro, en esos espacios donde las etiquetas aún pesan más de la cuenta. Ahora, nos sorprende con un giro inesperado: se lanza a la narrativa con Narcisos, una novela que disecciona con bisturí las fragilidades masculinas, los espejos rotos del ego y las máscaras que llevamos hasta en la cama.
No es por gusto que más de una publicación ha definido a Eduardo López-Collazo como un hombre del Renacimiento. Porque lo mismo te vacuna el alma con ciencia que te la sacude con literatura. Y siempre con la elegancia de quien sabe que el conocimiento –como la verdad– nunca debe esconderse. Conversamos con él sobre ciencia, activismo y esa necesidad urgente de escribir cuando ya lo has contado todo en papers científicos.
SHANGAY ⇒ En tu día a día, diseccionas células, virus y sistemas inmunitarios… ¿Qué te ha llevado ahora a diseccionar el alma humana en una novela que en pocas semanas ha llegado la tercera edición?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Me gusta observar, describir y sintetizar. La verdad es que no hay mucha diferencia entre ser científico y escritor, ambas profesiones tienen como objetivo ‘crear’. Suelo hacerlo desde la intuición. Por otra parte, llevo toda mi vida diseccionando lo que llamas “alma humana”, he tenido que vivir en diferentes países y ha sido casi una necesidad hacerlo para sobrevivir y ser útil. Además, escribo desde pequeño. Mi primer poema lo parí con siete u ocho años, era sobre la luz; luego vinieron otros sobre el primer amor, cuentos de ciencia ficción, dramas juveniles y lacrimógenos, letras que se han perdido… ¡Menos mal!
SHANGAY ⇒ Narcisos es una radiografía íntima y brutal de varios hombres. ¿Cuántos de esos personajes han pasado alguna vez por tu laboratorio… o por tu vida?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Narcisos va de ocho hombres que viven en Madrid (fíjate en la sutileza, no dije que fueran madrileños de pura cepa) que acuden a una psicóloga para resolver sus problemas. Todos, incluida la psicóloga, son narcisistas en algún grado. Hay muchos giros y realidad, cosa que parece haber gustado. Al empezar la novela digo: “Algunos personajes son reales, otros también”. Creo que con esto último te respondo la pregunta. Muchos amigos y conocidos se han buscado, algunos se han cabreado… Ya sabes, cuando nos ponen un espejo enfrente, a veces no nos gusta la imagen que vemos.
«No hay mucha diferencia entre ser científico y escritor, ambas profesiones tienen como objetivo ‘crear»
SHANGAY ⇒ Has sido incluido en las listas de personalidades LGTBIQ+ más influyentes de España. ¿Cómo se vive ser activista desde la bata blanca y los pasillos de la ciencia?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ La primera vez, en 2013, fue una revolución, hasta hubo reuniones de la cúpula para analizar la posible repercusión. Yo estaba recién elegido director científico del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital La Paz. Si te soy sincero, creo que si hubiese salido antes la lista alguien habría impedido mi nombramiento, pero ya era tarde. Para mí fue como quitarme un peso de encima, ya nadie me preguntaría si tenía novia o esposa. De hecho, dejaron de preguntarme cualquier cosa que hiciese referencia a mi vida personal por temor a no sé qué. No hubo repercusiones claras, pero estoy seguro de que dejé de ser candidato para muchos comités por este motivo. De cualquier manera, me quedo con un email que recibí aquella primera vez. Me lo escribió un chaval científico al que mi aparición en la famosa lista le dio ánimos para salir del armario con sus padres. Se ha avanzado mucho, por ejemplo, este año mi institución envió un mensaje general diciendo que, una vez más, era un LGTBIQ+ influyente… Nadie le dio mucha importancia, y eso es un avance. No obstante, hay que mantener la guardia en alto. Recuerdo que cuando se supo que me iba a casar –ya me divorcié, por si no se sabe–, una investigadora supuestamente progresista hizo una pregunta-chiste: “¿Quién llevará el vestido?”.
SHANGAY ⇒ En un mundo donde aún hay quien cree que la orientación sexual puede discutirse, ¿crees que los científicos tienen la obligación de alzar la voz más allá del laboratorio?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ No se debe obligar a nadie a ser combativo o activista, pero nos equivocamos si no lo hacemos. Nadie discute los derechos de los pelirrojos, por muy infrecuentes que sean. Entonces, ¿por qué se discuten y se votan los míos por ser LGTBIQ+? Muchas veces se ha tomado a la ciencia como rehén para ‘explicar’ la diversidad sexual rozando la patología. Desde el laboratorio debemos seguir alzando la voz para que no se dé un solo paso hacia atrás y sí muchos hacia adelante. Me duele cuando he visto a personas relevantes de la ciencia que, aunque disfrutan de lo logrado, no hacen nada por dar visibilidad.
SHANGAY ⇒ En la novela, Carmen, la psicóloga, escucha a ocho hombres con historias muy distintas, pero todos parecen tener algo en común: el miedo. ¿El ego masculino está en crisis o en terapia intensiva?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Vivimos en una sociedad del autobombo y el selfi, creo que el ego es nuestro pan de cada día. En Narcisos intento despojar de las máscaras que llevamos los hombres: heteros, gais, bi, etcétera. Por supuesto que todos tienen miedo a ser descubiertos, y en ello puede que radique el meollo de la novela. Si llegas al final te sorprenderás. Cada personaje tiene una evolución tremenda, incluida la psicóloga. Y no, el ego del hombre no está en crisis… ¿o no lo ves en el gym?
«No se debe obligar a nadie a ser combativo o activista, pero nos equivocamos si no lo hacemos»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido el salto del paper científico al párrafo literario? ¿Te costó más escribir un artículo para Nature o la escena de una confesión sexual en Narcisos?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Siempre he escrito, y en Cuba llegué a ganar un concurso nacional de literatura. Sabes que soy cubano de nacimiento, español de pasaporte y madrileño-almodovariano de corazón, ¿no? Pues eso, llevo toda mi vida escribiendo. Hoy por hoy, tengo una columna semanal en un periódico español, otra quincenal en una publicación cubano-americana y escribo crítica de danza para El Cultural. Es decir, no es nada nuevo para mí. En realidad, Narcisos es mi segunda novela, pero la primera no me he atrevido a publicarla, va de mi familia. En cuanto a la diferencia entre un artículo científico y una confesión sexual en Narcisos, ambas cosas las hago con la misma intensidad y profesionalidad. Además, me baso en datos corroborados [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Sientes que la literatura te permite hablar de lo que en ciencia está prohibido o, al menos, mal visto?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Hay una sutil diferencia ente la ciencia y la literatura. En la primera se dice: yo observo, yo calculo, yo especulo. En la segunda se puede extender a: yo siento. Esto último le da una dimensión que a mí me enriquece. No obstante, recuerda que las más hermosas teorías se han engendrado desde la intuición y una especie de ‘sentimiento’ que roza a la literatura.
SHANGAY ⇒ Has dicho que Narcisos también es una manera de cuestionar el poder, incluso el que uno mismo ejerce. ¿La novela es una autopsia del privilegio masculino?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ Es una autopsia al privilegio en general y un espejo para el hombre en particular. No busques una pancarta, ni un eslogan…, cada día estoy más lejos de ello. Creo que muchos nos veremos reflejados en alguno de los personajes. Es una novela de hoy con personas de hoy, sin más pretensión que hacerte pensar mientras te ríes, te encuentras, identificas a alguien conocido y hasta te remueves un poco. Narcisos tienes capas, tú eliges en cual quieres quedarte: la menos o la más profunda.
SHANGAY ⇒ ¿Crees que el colectivo LGTBIQ+ necesita más voces que hablen desde la complejidad, incluso desde la contradicción, como haces tú en esta novela?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ El colectivo lo necesita y la sociedad en general también. Es hora de que alguien vaya más allá de la superficialidad y muestre a las personas tal y como somos: llenas de zonas grises y contradicciones. En Narcisos lo intento. Para saber si lo he logrado habrá que leérsela [risas].
SHANGAY ⇒ Y ahora que has abierto esta puerta literaria, ¿hay más ‘Narcisos’ esperando en tu cuaderno o este experimento fue una excepción brillante?
EDUARDO LÓPEZ-COLLAZO ⇒ La segunda parte de Narcisos ya está escrita, y probablemente verá la luz el año que viene. Quién sabe, igual esto se convierte en la nueva lista de influyentes: cada junio, en vez de esperar nombres del activismo, todos pendientes de qué Narciso sale… y quién se queda fuera [risas].