Viva el arte arriesgado. Vivan las creaciones que no se conforman, que buscan la manera de agitar al espectador y que innovan en su forma para ofrecer una nueva versión de lo ya contado. La ópera Faust del francés Charles Gounod se ha llevado al escenario miles de veces desde su primera representación en 1958; por eso, cuando llega una producción como la que se acaba de estrenar en el Palau de Les Arts en Valencia, en coproducción con el Teatro Real y de la mano del alemán Johannes Erath, su apuesta por el riesgo, el inconformismo y la rebeldía, resulta una bocanada de aire fresco.
La ópera narra la historia del anciano doctor Faust que, desesperado por su vida sin sentido, hace un pacto con el demonio Méphistophélés: venderá su alma a cambio de juventud y placer. Rejuvenecido, seduce a la inocente Marguerite, algo que lo llevará a su ruina y por lo que tendrá que enfrentarse a las consecuencias de su trato con el diablo.
La producción apuesta por un cóctel de elementos que juegan los unos con los otros sobre el escenario del maravilloso palacio valenciano. Proyecciones, sombreros gigantes, zancudos, desdoblamiento de personajes, un aro de luz que sirve como eje central, estética circense, estética religiosa, cabaret… todo es posible en esta puesta en escena en la que debes estar muy atento para no perderte ningún detalle. Aunque si hay alguien que no se pierda nada es, sin duda, Lorenzo Viotti. El director de orquesta suizo coge la batuta en esta ópera y dirige a la maravillosa Orquestra de la Comunitat Valenciana con maestría para el deleite del público y nos regala un espectáculo musical sobresaliente.
Otra buena nota se la lleva su reparto, encabezado por el peruano Iván Ayón-Rivas, que encarna a Faust, Alex Esposito como Méphistophélés, Florian Sempey como Valentin, Bryan Sala en el papel de Wagner, Ekaterine Bauchidze como Siebel, Gemma Coma-Alabert como Marthe, y una maravillosa Ruth Iniesta que se llevó todos los aplausos con su estupenda versión de Marguerite. La soprano emocionó al público en cada aria en una noche en estado de gracia, gracias a su papel de la inocente y amada joven que cae en desgracia en su conflicto moral por el amor de Faust.
Una propuesta valiente que presenta una nueva versión de lo que ya conocemos de la mítica ópera francesa, y que encaja muy bien con el contexto de un mundo sobreestimulado y tiktoker en el que la gente se presenta a los demás con un filtro de Instagram con el que bien parece haber pactado con el diablo para lucir más joven y bello. Una historia universal la de este Faust, y que nunca pasa de moda. Ejemplo de ello está en otra propuesta arriesgada como lo fue la película La sustancia, que se convirtió en uno de los fenómenos cinematográficos de los últimos años, y que bien podría ser una reinterpretación de la ópera.
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Les Arts da comienzo así a una temporada de lo más emocionante, que seguirá con otras dos nuevas producciones: Luisa Miller y Enemigo del pueblo. Además de diez títulos de ópera, un espectáculo de zarzuela de nueva creación, siete propuestas de danza, diez potentes programas sinfónicos con los mejores directores de orquesta del circuito, cinco recitales de lied, una velada dedicada al gran repertorio lírico, seis sesiones de Barroco, cinco representantes de la música valenciana más actual, cinco noches con el mejor flamenco y dos conciertos dedicados a las músicas del mundo; entre otras muchas actividades que sitúan a la ciudad mediterránea a la cabeza del clásico mundial.
FAUST SE REPRESENTA EN EL PALAU DE LES ARTS DE VALENCIA HASTA EL 15 DE OCTUBRE