Hay discos que a un artista pueden llegar a costarle la vida. De manera metafórica –aunque no solo–, es lo que le ha pasado a Alice Wonder grabando Soulost, un tercer álbum en el que ha invertido cuatro años de manera casi obsesiva.
Tenía claro Alice Wonder –que participó en el Benidorm Fest en 2023 con Yo quisiera– que este iba a ser un proyecto muy especial, y que iba a requerir de un enorme esfuerzo a todos los niveles, y no dudó en darlo todo durante su creación. Dividido en catorce episodios, lo define como «una travesía sonora y emocional», en donde cada canción representa una etapa de su viaje interior. De la lucha contra los demonios interiores al renacer, del caos a la paz, así ha transitado en su creación.

Es además Soulost su álbum más ecléctico en lo musical, porque en este viaje introspectivo transformador se ha servido del pop, la electrónica y lo urbano como herramientas de ‘salvación’. «Casi me mata el proceso», corrobora. «Total, para unas canciones que a unos les gustarán y a otros no… Bueno, nunca se sabe qué puede pasar».
Hasta una ruptura sentimental le ha costado: «Es que estaba superobsesionada con acabarlo«, confiesa. Estuvo un año trabajando en Milán con el productor Mr. Monkey, y al regresar a España, empezó a contar con distintos colaboradores para terminarlo, y no lograba cerrarlo. «He probado seis mezcladores, me he gastado un dineral en pruebas de mezclas, unos días lo amaba, otros, lo odiaba… Mi sensación constante era «me estoy volviendo loca». No ha ocurrido, porque aquí la tenemos bien sensata hablando del disco resultante. «Me he demostrado a mí misma mi resiliencia. Demostrarme que podía ir resolviendo problemas me ha servido más que diez años de terapia».
SHANGAY ⇒ ¿De qué ‘fracaso’ has aprendido más en todo este proceso?
ALICE WONDER ⇒ De decepcionar a las personas que querían lo mejor para mí. Que por protegerme me decían «no cojas ese camino, que es incierto y da miedo, sino este otro, que es el seguro». Es lo que la mayoría piensa, ¿no? Hace unos seis meses tuve una crisis a nivel energético; me di cuenta de que si les seguía escuchando, me desviaría de mi camino. Opté por la unpopular opinion, pero es que tenía que asumir un riesgo total para ser realmente yo y crecer.
SHANGAY ⇒ Encima, has creado un disco conceptual, qué atrevida…
ALICE WONDER ⇒ Mucho, sí. Encima, con un equipo creativo en que entraba y salía gente. Suerte que siempre tuve a mi mejor amigo al lado, para hablar sobre ese concepto. Que realmente lo vi claro hace dos meses, así te lo digo.
«Soy más ángel que diablo. Aunque tengo una batalla interna constante»
SHANGAY ⇒ ¿Cuántas veces te has dicho a ti misma «Ali, despierta», como en el álbum?
ALICE WONDER ⇒ Pufff, todos los días. A la vez que sentía una niebla negra ante mis ojos, una voz interna me decía «despierta, despierta». Ha sido muy loco, tío.
SHANGAY ⇒ Mezclas muchos estilos, utilizas español e inglés… ¿Tenías claro que querías diversidad en Soulost?
ALICE WONDER ⇒ Las canciones eran las que pedían una determinada producción, eso fue saliendo solo. Trabajé dos meses sin parar con Mr. Monkey en su casa, que aunque controla el pop, sobre todo hace trap, de ahí ese color que ha cogido el álbum. Nos juntamos dos buenos workaholics [risas]. Y no pensaba de antemano cómo quería que sonara cada tema, salía lo que pedía, y eso tiene su belleza.

SHANGAY ⇒ Después de este viaje interior, ¿dónde preferirías quedarte a vivir? ¿En el mundo real, en el cielo o en el infierno?
ALICE WONDER ⇒ Entre el cielo y la tierra. Obviamente, el alma quiere pasar el máximo tiempo en el cielo. La tierra tiene una la densidad media en cuanto a emociones, y en el infierno es donde las oscuras logran su máxima densidad. Creo que está bien abrazarlas todas y no huir de ninguna, para que no te persigan.
SHANGAY ⇒ ¿Eres creyente?
ALICE WONDER ⇒ Creo en Dios, pero no el cristiano. Para mí, Dios es una energía generadora de armonía y de amor, completamente expansiva, infinita y eterna. Creo que que todos somos partículas de Dios, y que estamos a punto de darnos cuenta de nuestro poder real. En esas estamos…
«Dejé a mi pareja durante la creación del disco porque no tenía tiempo de calidad para ella, y me empezó a pesar»
SHANGAY ⇒ ¿Y eres más ángel o diablo?
ALICE WONDER ⇒ Soy más ángel que diablo. Aunque tengo una batalla interna constante, rollo «¿estoy haciendo esto desde mi diablo o desde mi ángel?». Siento que todes tenemos las dos partes, y que cada día decidimos con cuál operar.
SHANGAY ⇒ Una combinación de ángel y diablo de género fluido…
ALICE WONDER ⇒ Ahora en mi descripción de Instagram me he puesto «chica niño». Porque sí, después de darle muchas vueltas, comprendí que mi género es fluido. A veces me pregunto: «¿Seré no binarie como mis amigues?». Siento que también lo soy. Soy un tres, no un dos. Fluyo con mi espíritu, mi alma y mi cuerpo.
SHANGAY ⇒ ¿Cuesta fluir?
ALICE WONDER ⇒ Fluir siempre he fluido, lo que me costó fue entenderlo y aceptarlo. Es bonito que mis padres me acogieran siempre en esta ambigüedad. He tenido etapas mucho más femeninas y etapas muy masculinas. A día de hoy, depende del día y de la persona con que esté. Depende cómo me apetezca mostrarme o cómo me salga mostrarme. El bullying que he sufrido es una cosa real, como la inseguridad que surge en determinados momentos al ser consciente de lo que eres. Ahora no, ya estoy muy fuerte. Y siento que habito un combo en el que soy a la vez dulce y rabiosa, algo que mi música refleja.

SHANGAY ⇒ Si no vuelcas la rabia en la música, ¿cómo lo haces?
ALICE WONDER ⇒ Si no es al piano gritando, es entrenando a muerte o meditando. Bueno, y algún porrillo me he fumado en ciertos momentos. Pero la vuelco en la música y el deporte principalmente.
SHANGAY ⇒ ¿Se ha sentido una liberación ver el disco publicado?
ALICE WONDER ⇒ Imagínate, supone cerrar un ciclo caótico. Los últimos dos años he estado casi sin vida social. El último, ni con pareja. Yo, que siempre soy de estar para mi gente, no lo he estado. Así que la salida de este disco abre un nuevo ciclo.
«A veces me pregunto: ‘¿Seré no binarie como mis amigues?’. Siento que también lo soy»
SHANGAY ⇒ ¿Realmente llegaste a renunciar a estar en pareja?
ALICE WONDER ⇒ Sí, sí. La dejé yo, porque no tenía tiempo de calidad para ella, y me empezó a pesar. Ella quería un núcleo sólido y potente, y yo soy de vivir la ansiedad y el agobio en soledad. Entiendo que si la otra persona no es así desconfíe y sienta vértigo y miedo todo el rato. Así que hubo que dejarlo. Seguimos en contacto, porque tenemos el mismo círculo de amigos, pero ya no la veo, porque es mexicana y se ha vuelto a su país.
SHANGAY ⇒ ¿Crees que podrá escuchar el disco?
ALICE WONDER ⇒ Sí. Lo que no sé es si le gustará. Nunca supe si le gustaba o no lo que iba escuchando…
SHANGAY ⇒ ¿A quién te haría especial ilusión que le gustara Soulost?
ALICE WONDER ⇒ Pues a un Bon Iver, a un Kanye West, a una Rosalía, a artistas plásticos y directores de cine que me gustan… Pero sobre todo, a mis padres.Y parece que así es. Mi padre, que es muy crítico, cuando lo escuchó solamente me shakeó la mano y me dijo «tienes un buen disco». Ya fue mucho para mí.
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