Rosalía ha vuelto a encender las redes con el estreno inesperado del videoclip de La Perla, una de las canciones más aclamadas de LUX, su reciente álbum lanzado el pasado 7 de noviembre. Tras semanas de especulación y rumores sobre su publicación, la catalana ha decidido sorprender a sus seguidores con el segundo videoclip de esta era.
Vestida con un traje de esgrima y empuñando un florete, Rosalía rompe esquemas desde la primera imagen del visual, dirigido por Stillz, colaborador habitual de la artista en proyectos icónicos de su carrera. La estética del clip, potente y simbólica, acompaña una canción que se ha posicionado como la segunda más escuchada de LUX, solo por detrás de Berghain, el otro gran sencillo del álbum.
La Perla se presenta como un relato crudo de despecho y desilusión, y ha generado multitud de interpretaciones en torno a su letra. La canción, en la que colabora el grupo estadounidense Yahritza y su Esencia, ha sido interpretada por muchos como una carta de confrontación emocional, con frases que clavan dardos a figuras de relaciones pasadas de la artista. Aunque Rosalía no ha confirmado públicamente a quién podría dirigirse, la narrativa del tema y la iconografía visual han alimentado el debate en redes sobre conexiones personales que parecen transcender lo meramente artístico.
Impacto global
El estreno del videoclip se produce en un momento de enorme visibilidad para Rosalía, después de que LUX haya dominado las principales listas de éxitos de todo el mundo. La catalana ha mostrado, además, su versatilidad al interpretar La Perla en programas internacionales como The Tonight Show de Jimmy Fallon, donde desplegó toda su teatralidad con una puesta en escena sorprendente que añadió aún más capas a la recepción del tema.
Con este nuevo lanzamiento visual, Rosalía no solo refuerza el impacto de LUX en la cultura popular, sino que también confirma su habilidad para gestionar sorpresas y narrativas que conectan con su público. La Perla es más que un sencillo; es una declaración artística que se instala como uno de los momentos más potentes de la era LUX.
