Desde el pasado 30 de diciembre, las personas transexuales y transgénero que viven en Rusia tienen prohibido conducir. No podrán obtener el carné de circulación y les será retirado a aquellas que ya lo tuvieran. La prohibición deriva de un listado de personas no cualificadas para la conducción en el que quedan incluidas.
Esta lista elaborada en Moscú hace referencia a la inhabilitación de ciertas personas por padecer desórdenes mentales. En ella incluyen a fetichistas, voyeurs, exhibicionistas, ludópatas, cleptómanos y transexuales, a quiense se prohíbe la conducción de vehículos en todo el territorio nacional.
El Gobierno ruso, que ya ha hecho pública la normativa en los boletines oficiales, asegura que es una medida de seguridad para controlar los accidentes de carretera causados por personas con desórdenes mentales.
Esta es la última de una serie de medidas que han provocado, una vez más, la indignación de ONGs, asociaciones de derechos humanos y activistas. Es una herramienta más de discriminación al colectivo LGTB, que se añade a la la llamada ley antipropaganda gay, que prohíbe todo tipo de expresión pública de la homosexualidad, y que se aprobó en junio de 2013.
Valery Evtushenko, que forma parte de la principal asociación psiquiátrica de Rusia, advierte el peligro que conlleva esta medida: “Algunas personas evitarán pedir ayudar psiquiátrica por temor a perder el carné de conducir. Esto puede ser un hecho muy preocupante para la salud pública”. La Asociación de Abogados de Rusia para los Derechos Humanos también considera discriminatoria esta normativa, y ha solicitado al Tribunal Constitucional que aclare los motivos tras esta prohibición. Además, están buscando el apoyo de todo tipo de organizaciones internacionales de derechos humanos.
Pero no todo son detractores de la medida. La Unión de Conductores Profesionales apoya la decisión del Gobierno, y su portavoz ha declarado: “Tenemos demasiadas muertes en la carretera, los requisitos médicos de endurecimiento están plenamente justificados”.
Mikhail Strakhov, experto en psiquiatría, mantiene que la clasificación de desórdenes mentales de esta lista es vaga y poco justificada, y que muchos de los supuestos desórdenes mentales citados no afectan en absoluto a la capacidad de conducir.