«Después de años de apertura y cambio, es más fácil para los polacos aceptar la homosexualidad que la transexualidad». Con estas declaraciones, Anna Grodzka está decidida a cambiar su país, Polonia. Hablamos de la primera diputada transexual del país, una pionera que no ha tenido suficiente. De cara a los comicios que se celebrarán el próximo mes de mayo, Grodzka tiene pensado presentarse a la elecciones para intentar ser la próxima presidenta del país. Ahí es nada.
La diputada, de 58 años, se sometió a una operación de reasignación de sexo en 2010, y ganó su escaño en el Parlamento un año después, formando parte de la formación liberal-anticlerical Movimiento Palikot, aunque ahora pertenece al Partido Verde. Polonia cuenta con un político abiertamente gay, Robert Biedron, pero todavía queda mucho camino que recorrer en el terreno de la transfobia, y Anna Grodzka está decidida a cambiar la historia.
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