El 4M es una fecha señalada en el calendario de todas las madrileñas y los madrileños, una fecha en la que votar se ha convertido en un arma en defensa propia. Especialmente, en lo que se refiere al colectivo LGTBI+. Y es que el cortejo mutuo entre el PP de Ayuso y la ultraderecha ha hecho de la fecha electoral un momento clave.
Nos enfrentamos a unas elecciones que van mucho más allá de unas siglas. En cada una de las papeletas, lesbianas, gais, transexuales y bisexuales se juegan tomar la línea de avance en derechos o iniciar el camino del retroceso. Si aún te estás preguntando por qué debemos parar al Gobierno de Colón, aquí tienes algunas respuestas:
- La Comunidad de Madrid no puede convertirse en la capital de la ultraderecha en España. La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, coquetea con la idea de incluir a la ultraderecha en un hipotético Gobierno a partir del 4 de mayo.
- La líder ultraderechista, Rocío Monasterio, ya exigía la implantación del veto parental en las aulas para aprobar los presupuestos del Ejecutivo autonómico. La censura educativa puede ser una realidad en Madrid si PP y Vox logran gobernar. Sin complejos, ya anunciaron que pretendían derogar las leyes LTGBI+ y trans de la Comunidad.
- No podemos permitir que mercadeen con nuestras vidas para conseguir poder. Ya lo hemos visto en la Región de Murcia: los derechos del colectivo LGTBI se han convertido en moneda de cambio para ganar la moción de censura.
- El discurso ultra ya se ha infiltrado en el Partido Popular de Ayuso. La líder regional ha afirmado que “habría que derogar algunos artículos de la ley LGTBI autonómica”. Una ley que fue aprobada por consenso de todos los grupos políticos hace tan solo cinco años.
- La ultraderecha quiere esconder la fiesta del Orgullo del centro de la ciudad y enviarla a la Casa de Campo. Isabel Díaz Ayuso cree que esta no es una buena localización para el Orgullo porque allí “hay muchas familias que van a pasar el día”.
- El centro Sandoval, único centro de Madrid que puede prescribir la medicación preventiva contra el VIH está saturado por falta de recursos. Hay 500 personas esperando para acceder al programa. Los usuarios del centro y organizaciones LGTBI+ piden que se aumenten los recursos y que se amplíe el horario, en beneficio de la salud pública.
- Nuestros derechos no son de derechas. Populares y ultras ya han juntado sus votos en la capital en contra de impulsar programas de atención a familias LGTBI o para eliminar ayudas directas a históricas organizaciones.
- Según datos del Observatorio Madrileño de la LGTBfobia, en el año 2019 se produjeron 321 incidentes de odio en la Comunidad de Madrid. Casi uno cada día. Si algo hemos aprendido del paso de Donald Trump por la presidencia de EE UU es que el aumento de los delitos de odio viene precedido por la normalización y la institucionalización de los discursos de odio.
- Las personas trans, en la diana. La formación ultraderechista Vox quiere suprimir de la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas a las personas trans. Por contra, su líder en Madrid, Rocío Monasterio, ha señalado en múltiples ocasiones que está a favor de las terapias de reversión LGTBI+.
- Los derechos del colectivo LGTBI+ se conquistaron gracias a la lucha de mujeres y hombres durante décadas. No pueden darse por sentados, ni mucho menos menospreciarlos. Hay que pelear por ellos cada día. Díaz Ayuso ha insistido en alguna ocasión que hay «casos puntuales» de agresiones LGTBI+ y pide no vivir en un «estigma» y centrarse en la pandemia. Pero, lo cierto es que la crisis de la covid-19 también ha agravado la brecha de la desigualdad en el colectivo.