CAÑITAS AL AIRE
¿Son los cuernos menos cuernos cuando el sexo es menos sexo? Es decir, cuando uno tiene pareja y esta vive lejos y por temas de ‘perimetramientos’, cuarentenas y confinamientos varios no puedes verla y decides quedar con otras personas…, ¿el hecho de no hacer según qué cosas en el terreno sexual hace que la canita al aire sea más bien un pelo color azabache en tierra?
Llevaba tiempo hablando con Josué, un chico muy guapo al que seguía por Instagram. Un día me dijo que quería mi libro, que cómo lo hacíamos. Le dije que yo pasaba todas las semanas por su ciudad y que no me importaba acercárselo. Al final prefirió que se lo mandara firmado a la casa de sus padres, y eso fue lo que hice.
Cuando lo recibió me dijo que había estado a punto de subir a su Instagram una foto de la dedicatoria que le había puesto, pero finalmente decidió no hacerlo, no me aclaró el porqué. Dijimos de vernos a la semana siguiente para tomar algo y conocernos, y así fue.
Era un viernes por la tarde de invierno y justo ese día se acababa de instaurar el toque de queda a las 23 horas en nuestra provincia. Recuerdo que salí pitando de clase de piano porque llegaba tarde a esa cita y no me dio tiempo a pasar por casa para coger una chaqueta, total, sería algo rápido… Pero lo que iba a ser en un principio una “Coca Cola Quick” acabó siendo aperitivo, cena y casi cotillón en una terraza al aire libre del centro de Elche, eso sí, al lado de una estufa exterior para no pasar mucho frío.
Durante la cena me contó que llevaba meses sin ver a su pareja por cierres perimetrales pero que seguían con la relación. En ese momento pensé que nuestra cita sería solamente literaria…; pero no, ahí estaba equivocado.
Se nos pasó el tiempo volando, hasta tal punto que faltaban veinte minutos para el toque de queda y acabábamos de empezar a cenar. Le dijimos al camarero que nos pusiera el resto de platos que habíamos pedido para llevar puesto que no nos daba tiempo a tomarnos en el local y llegar a casa antes de las 23h.
Me dijo de quedarme en su casa, pero decliné la invitación. Prefería que ese “te quedas en mi casa” no tuviera que ver con toques de queda y sí con “quiero que te quedes porque me apetece”.
Fue a la semana siguiente cuando eso ocurrió. Para que no nos pasara lo mismo, quedamos a comer y fue él quien se vino a mi casa y pasó la noche conmigo.
Me habló de ciertos códigos que tenía con su pareja…; aunque después de varias cervezas, vino y gintonics, no se acordaba ni del código postal de su ciudad, al menos esa noche.
La siguiente vez que quedamos no fue así. Esa vez sí había que respetar aquellos códigos, lo cual no terminé de entender pues ya nos los habíamos saltado a la torera, a la comba y sin paracaídas de por medio. Fue en ese momento cuando fui yo el que adelantó el toque de “ahí te quedas” y me marché a mi casa.
TONTHERIDAS
«Mientras algunos hacen 2 flexiones al día para re-flexionar, yo escribo»
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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ILUSTRACIÓN: David Rivas