Adrián Silvestre, director de 'Sedimentos': "Las mujeres trans me han enseñado a no juzgar"

Temas: Cine, Entrevista, Trans

Adrián Silvestre, nacido en Valencia y residente en Barcelona, estrenó su primera película de ficción como director, Los objetos amorosos, en 2016. Cinco años después llega Sedimentos, film documental que se centra en las experiencias que viven seis mujeres trans de distintas generaciones en un viaje que realizan juntas a la montaña, y en el que se irán abriendo y compartiendo experiencias personales, muy enriquecedoras tanto para ellas como para el espectador.



Sedimentos es un proyecto al que Adrián Silvestre ha dedicado cinco años, y con el que comenzó una triunfal carrera por festivales el pasado junio («en cuatro meses se ha presentado en más de cuarenta, una locura»). Lógicamente, está encantado. «Me hace muy feliz ver cómo conecta con personas que nunca han tenido contacto con nadie de la comunidad trans», apunta. Su deseo de indagar en la realidad trans ha dado pie a una película documental nada convencional, que comenzó a germinar a partir de un encuentro con Tina Recio, directora de la asociación I-vaginarium.

Este documental de Adrián Silvestre supone, en cierto modo, una inesperada secuela –o mejor, complemento– a Vestida de azul, dirigida por Antonio Giménez Rico en 1983. Sedimentos, que no deja de recibir premios en certámenes internacionales –incluida la reciente Espiga Arcoíris de la Seminci– ha sido preseleccionada en la categoría documental para los Goya 2022. Lo protagonizan Yolanda Terol, Lena Brasas, Tina Recio, Saya Solana, Cristina Millán y Alicia de Benito.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo surgió Sedimentos?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Tras mi primera película, protagonizada por un grupo de mujeres migrantes, decidí que quería continuar trabajando con actrices naturales, para darles poder creativo y generar un proceso participativo. Y sabía que el siguiente quería centrarlo en la comunidad trans.

«Echaba en falta una película de temática trans española que no fuese un documental al uso»

SHANGAY ⇒ ¿Por qué?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Formo parte de la comunidad, y sentía que se han contado muchas más historias sobre gais y lesbianas. Echaba en falta una película de temática trans en España que no fuese un documental al uso, con bustos parlantes y un tono periodístico. Y en la ficción muchas veces, por desgracia, los personajes trans los interpretan personas cis.

Decidí arrancar un proyecto de trabajo cuando aún no tenía ni financiación, solo ganas. Quise proponerle a un grupo de mujeres trans hacer una película sobre personas como ellas que nunca hubieran visto antes. Les ofrecí talleres de cine, y ellas, la historia de sus vidas… Poco a poco logramos recursos para hacer la película.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo elegiste a las seis protagonistas?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Tuve claro desde el primer momento que no iba a hacer un casting excluyente. Cualquiera que quisiera participar, podría, delante o detrás de la cámara. Claro, con las quince con las que trabajé en un principio no habría podido hacerlo. El tiempo fue poniendo las cosas en su sitio, y vimos quiénes tenían ganas y valor para abrirse de la manera que lo han hecho.

Las seis con las que he contado al final son muy distintas entre ellas, y la intuición me decía que se dejarían llevar y no se sentirían invadidas por la cámara. Las quiero un montón, y ese viaje que comenzamos antes incluso del rodaje continúa ahora que estamos yendo juntos por festivales. En realidad, me escogieron ellas a mí, y no al revés.

SHANGAY ⇒ Seis eran también las protagonistas de Vestida de azul…
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Fue una idea inspiradora. Porque nos dimos cuenta de que se estrenó hace treinta y ocho años, y en ella seis mujeres trans compartían sus historias, sin importar si era un trabajo de ficción o documental. Esta es como la versión 2.0, además de un homenaje. Más allá de que propone, como aquella, un retrato poliédrico, no hay tanto en común.

SHANGAY ⇒ Algunas de las protagonistas de más edad podrían haber encajado en aquella, ¿no te parece?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Yolanda, de hecho, conocía a algunas de las protagonistas de Vestida de azul, y se acuerda muy bien de aquella época. Es bonito comprobar que las veinteañeras conectaban con las vivencias y las preocupaciones de las mayores, no las veían obsoletas. A mí, como cineasta, me conectaba mucho con ellas ver que había vínculos en común a pesar de pertenecer a generaciones distintas.

Porque a pesar de que ahora podemos mostrar la pluralidad de profesiones de estas mujeres trans, no quería dejar de mostrar el desarraigo y el trabajo sexual de Yolanda, que vivió la Transición. Que dejara eso atrás y esté en este grupo ahora había que mostrarlo, y permitirle establecer un diálogo con esas otras mujeres que representan el futuro. Las conexiones surgieron de manera real, no se forzó nada.

«No querían aparecer como víctimas, sino como mujeres empoderadas y con fortaleza»

SHANGAY ⇒ ¿Hasta qué punto te ceñiste a un guion previo al rodaje?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Tomé muchas notas para conocer bien la esencia de las seis y plantearme qué quería sacar de cada una. Busqué maneras de extraerlo sin que se tuvieran que aprender nada. Sí cerré situaciones, espacios y excursiones, pero la idea principal era que se iban de vacaciones. Ya luego provocaba juegos: sacaba temas a relucir, les pedía que me recordaran cosas que me habían contado antes… Todo salía de manera orgánica, porque ellas muchas veces no sabían si estábamos grabando o no. Y yo tenía que estar muy pendiente de la historia que se estaba creando.

SHANGAY ⇒ Repasando críticas, me ha llamado la atención que en casi todas se destaca el hecho de que algunas aparezcan desnudas…
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Sí, he visto que se pone mucho el acento en esto. Es una de las reivindicaciones que tenían. No querían aparecer como víctimas, sino como mujeres empoderadas y con fortaleza. Algunas me dijeron que querían mostrar su desnudez, porque casi siempre que aparecen cuerpos trans desnudos en cine es desde el morbo. Ellas querían aparecer sin rastro de erotismo, de una manera cotidiana. Y algunas de esas críticas lo han entendido como una celebración de cuerpos menos normativos, lo cual me parece excelente.

SHANGAY ⇒ También habéis huido del victimismo…
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Eso era muy importante para todas, y para mí también. Entiendo que el dolor es intrínseco a una vida que ha ido contracorriente, pero también implica agallas y fuerza para sobreponerse a situaciones complicadas.

SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo más importante que has aprendido en este gran viaje sobre las mujeres trans?
ADRIÁN SILVESTRE ⇒ Que hay una brecha entre los discursos teóricos (que me encantan) y la realidad. Hay que escuchar a las personas como individuos, aunque formen parte de un colectivo que nos une. Hay que tener cuidado para no perpetuar estereotipos. He aprendido a ver la vida con otros ojos, a entender la diferencia, a reivindicarla y a no juzgar. Que no es poco [risas].