EL CHICO DE LA BICI
Mi amigo Juan dice que hay ciertas cosas que no es necesario contar cuando estás conociendo a alguien, y no estoy del todo de acuerdo con él. Creo que si conoces a alguien al mismo tiempo que estás conociendo a otro alguien, yo me siento más cómodo sabiendo que la persona que acabas de conocer lo sabe… aunque a veces esta sinceridad acabe en eufemismo de “que te den”.
Llevaba un mes sin ir al gym después de unos días de permiso que me había tomado en el trabajo. Aproveché esas cuatro semanas para hacer un par de escapadas y algo de promo con los libros. Este permiso sería una pequeña prueba de fuego para en un tiempo, cuando el miedo deje de oler a covid, cumplir con aquella promesa que hice durante el confinamiento de tomarme dos años de excedencia para hacer otras cosas. Al entrar a la clase de GAP y después de saludar a mi monitora, vi una cara nueva que en realidad no lo era tanto. Habíamos hablado varías veces en redes e incluso hicimos varios intentos de quedar que finalmente no se dieron porque el chico no era de quedar para tomar un café como todo el mundo, no, pues él prefería que nos viéramos algún día que pasara con la bici cerca de mi casa para así conocernos. Con el tiempo me dijo que prefería hacerlo así porque es más fácil marcharse en caso de no congeniar de primeras con su cita callejera… y que eso en una cafetería es más incómodo.
Fue él el que se acercó a saludarme presentándose de una manera rápida, pues la clase estaba a punto de empezar. Al acabar, coincidimos de nuevo a la salida y estuvimos hablando en el aparcamiento un buen rato. Hacía frío pues era mediados de diciembre y estábamos algo sudados, por lo que él me propuso continuar conversando en mi casa, que estaba al lado del gimnasio… lo cual me sorprendió, especialmente porque no tenía su bici para salir corriendo. Una vez en mi casa me dijo que le había sorprendido también a él esa reacción, pero que le apeteció, sin más. Estuvimos cuatro horas hablando de muchas cosas, él de las suyas y yo de las mías, y era cierto que no teníamos apenas nada en común. De entre las cosas que hablamos salió el tema del sexo en la primera cita, ahí tampoco coincidíamos, y mira que había muy buen rollo entre ambos. Nos vimos una vez más al día siguiente en el gym y también acabamos en mi casa. Habíamos hecho planes para quedar el fin de semana sin sudor (de gimnasio) de por medio… pero al final no sucedió. Fue él el que canceló la cita porque tenía que ponerse la vacuna ese día… o eso fue lo que me dijo. Sé a ciencia cierta que hubo un comentario respecto a alguien que yo había conocido que volvería a ver en Navidad que no le gustó, y así me lo hizo saber. A veces ser sincero conlleva cerrar puertas a algo que sabes que no va a llegar a nada.
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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ILUSTRACIÓN: David Rivas