El cuidado de la salud mental, clave para mejorar la calidad de vida de las personas con VIH

Temas: Salud, VIH

Gracias a los avances médicos y sociales de las últimas décadas, así como a las terapias disponibles que consiguen que la carga viral de estos pacientes sea indetectable e intransmisible, hoy en día las personas VIH positivas pueden llevar una vida normal.

No obstante, resulta indispensable seguir investigando para mejorar su bienestar y calidad de vida. Y es que el bienestar integral de las personas con VIH implica, por supuesto, salud física; pero también afectiva, social y mental. Algo que los pacientes reclaman, cada vez más, por la importancia que merecen y tienen para ellos estas vertientes.

De hecho, el doctor Ignacio Pérez-Valero, de la Unidad de VIH del Hospital del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, ha analizado datos sobre la salud mental en el workshop ‘Actualización sobre VIH: visión clínica y del paciente’, organizado por Gilead Sciences en Madrid. En su opinión, «los trastornos mentales afectan negativamente a la salud mental de los pacientes con VIH, quienes pueden desarrollar comorbilidades neuropsiquiátricas y comportamientos poco saludables, como insomnio, miedo, frustración por el estigma asociado a la infección, etcétera que afectan a la adherencia del tratamiento».

Unos trastornos que, como explica este especialista, resultan relevantes, pero suelen estar infradiagnosticados en personas con VIH. A pesar de esto, los pacientes sí los tienen muy en cuenta y ponen de manifiesto que la tristeza, la fatiga o el insomnio, recurrentes en personas que conviven con el virus, deterioran su salud general.

La falta de ponderación de estos problemas no solo resulta grave porque empeora su calidad de vida, sino también porque estos trastornos pueden llevar a la interrupción del TAR por parte del paciente, o incluso afectar a su sistema inmunológico.

Por suerte, cada vez estamos más concienciados de la importancia de cuidar nuestra salud mental. Y los médicos deben seguir avanzando y prestar mayor atención a estos trastornos, combatirlos con opciones terapéuticas y garantizar así la salud y la calidad de vida de los pacientes con VIH.

Y, para ello, es clave incluir al paciente en esa toma de decisiones sobre su enfermedad y trabajar para lograr mejorar la comunicación entre el equipo médico y la persona con VIH. Siendo esta una de las asignaturas pendientes de la atención a las personas con VIH, y en la que todos los agentes implicados -médicos, investigadores, sociedades científicas, administración, compañías farmacéuticas, entre otros- deben seguir trabajando.