El joven Manu Soto contó que siempre había tenido que convivir con este tipo de ataques al vivir en un barrio pijo de Madrid, con niños de familias conservadoras, que hacían comentarios no muy afortunados muchas veces.
“Ahora, me llegan comentarios así y los gestiono con humor, pero en aquella época lo gestionaba mal. Tuve que reprimir parte de mí”, decía el nieto de Charo Vega.
A pesar de llevarlo lo mejor que puede, ha sufrido muchos bajones durante su vida. Y en cuanto a la relación con sus allegados, relató que la familia de su madre siempre le ha tratado genial, pero no pudo contar que era homosexual hasta los 15 años por su familia paterna.
«Todo lo que me inculcó mi padre en mi cabeza fue lo que hizo que me costara tanto decir ‘me gustan los chicos’. Cada vez que me gustaba algo que él consideraba que era de chicas, me lo echaba para atrás. Me reprimía lo que me gustaba», declaró Manu Soto. Y contó que la relación con su padre es nula.
El presentador recalcó que ahora la gente tiene más facilidad de insultar debido a las redes sociales y leyó varios de los comentarios que ha recibido Manu como “Las plumas y las extravagancias no me gustan» o «no hay nadie con una vida normal». Ante ello, el nieto de Charo quiso mandar un rotundo mensaje a sus acosadores: «Preocupaos más de lo vuestro, pagad vuestras facturas, dejadme en paz, que no estoy haciendo absolutamente nada malo. […] Se puede ser gitano y tener una vida plena», sentenció.