La catalana, que publicó su primer sencillo Too Many Drugs en 2020, salía del underground con su participación en el Benidorm Fest el pasado enero. La canción con la que quería representar a España en Eurovisión, Ay mamá, se ha convertido en todo un himno feminista.
Ahora vuelve con A todos mis amantes, canción en la que se aleja de las bases electrónicas a las que nos tiene acostumbrados para brillar de forma más cruda con la guitarra acústica como protagonista de la canción. El tema bebe de un imaginario folk como si fuera una de las grandes cantantes de los 70. Reminiscencias estilísticas de figuras como Cecilia, Joan Baez o Chavela Vargas que confluyen con otros elementos (una poderosa línea de bajo, coros y efectos vocales) y proporcionan más énfasis, intensidad y riqueza a una canción que continúa llevando el inimitable sello Bandini.
“Cuando la empecé a escribir me di cuenta de que en el mundo de la música el rol de rompecorazones, por lo general, pertenece a los hombres. Con Julio Iglesias quise apropiarme de ser la truhana y la señora, y ahora quiero ocupar este espacio”, comenta Rigoberta Bandini sobre una canción con la que cualquier persona puede sentirse identificada.
La cantante ha querido responder por ella misma a sus fracasos emocionales. A todos mis amantes es un mea culpa en el que Bandini afronta el desamor, pero también abraza su autodescubrimiento como una persona que valora la libertad sobre todas las cosas. “Ser madre y decir que no siempre he sido responsable emocionalmente con mis parejas, pedir perdón y también enviar a la mierda”, zanja sobre esta personal y certera confesión que también destila amor propio.