Los bailarines explican que mientras volvían de cenar en dirección a su hotel, se cruzaron con un grupo de adolescentes. Acto seguido, el grupo comenzó a increparles. Las víctimas denuncian que uno de los agresores empujó a uno de ellos al grito de «Mirad, ¡es el maricón que bailaba!».
Los jóvenes consiguieron escapar, pero los agresores corrieron hacia ellos y «empezaron a darnos patadas y puñetazos«. Un chico que iba en patinete paró a ayudarlos, pero «uno de los agresores se sacó una navaja de dentro de la zapatilla y dos más empezaron a perseguirlo».
Finalmente consiguieron huir y perder de vista a los agresores. Los jóvenes declaran no saber qué le pasó al chico del patinete. Denunciaron los hechos en una comisaría de Alicante, donde tenían una actuación al día siguiente.
La organización del festival ha rechazado la agresión de forma rotunda en un comunicado. Manifiestan su «apoyo incondicional y solidaridad a las personas agredidas. Tienen a su disposición la estructura del festival para lo que necesiten». Añaden su rechazo y condena a «esta agresión y delito de odio por razón de expresión de género y orientación sexual. Es inaceptable en una sociedad democrática y sana».
El festival, comprometido con la lucha LGTBI y las disidencias sexuales, expresa su preocupación ante este «ataque contra la libertad de expresión«, puesto que «las víctimas fueron agredidas también por el contenido y la estética de su espectáculo».
Las agresiones homófobas en nuestro país están aumentando a un ritmo alarmante. El Observatori Contra l’Homofòbia reporta que este año las agresiones contra el colectivo han crecido un 70% con respecto a 2021.