Sobreexcitados están los actores Alejandro de los Santos (El rey león), Marc Parejo (Marta tiene un marcapasos) y David Tortosa (Cuando fuimos dos) por participar en la primera adaptación al castellano del musical Thrill Me, de Stephen Doginoff. Alejandro es, además, productor del montaje y ya ve cerca el día del estreno, el próximo 11 de septiembre en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. Pero advierte: aunque el musical parte de la enfermiza historia de amor entre dos estudiantes homosexuales y el crimen que cometieron al alimón, esta no es una función gay al uso. «Hemos metido en una coctelera los componentes de la sexualidad, el romanticismo y la pasión. En algunos momentos es más sugerente, en otros es más carnal y hasta coitus interruptus. Es más que un beso o un desnudo, exploramos una relación compleja», cuenta. «Es un musical sobre poder, sumisión, obsesión, control, pasión, intelecto y sexo».
Excítame: el crimen de Leopold y Loeb es un thriller musical basado en la historia real de los amantes Nathan Leopold y Richard Loeb, dos universitarios superdotados y de clase alta que en los años 20 asesinaron a un adolescente en Chicago solo para demostrar que podían perpetrar el crimen perfecto. Solo que no fue tal –las carísimas y exclusivas gafas de Leopold fueron encontradas en el lugar del crimen– y ambos acabaron condenados a cadena perpetua. Su homosexualidad, que en la época estaba considerada una degeneración mental, fue considerada un atenuante que les libró de la pena de muerte. “Debieron haber sido condenados a la horca, pero el abogado, al que pagaron una fortuna, argumentó que eran dos degenerados. Era cierto que había una relación secreta entre ellos, pero visto con perspectiva, a día de hoy sorprende que se pudieran librar por ser gays”. El suceso inspiró al dramaturgo Stephen Doginoff un oscuro y turbio musical que, desde su estreno en 2006 en el Off Broadway de Nueva York, ha sido representado en países como Japón, Corea del Sur, Australia, Canadá y Reino Unido.
No es la primera vez que el crimen de estos estudiantes conoce una adaptación. La noticia le sirvió a Hitchcock como punto de partida para la película La soga, Richard Fleischer recreó el juicio en Impulso criminal –con Orson Welles– y Tom Kalin se centró en la pasional historia de amor de esta pareja gay en Swoon.