Es consciente de que ha sido demonizada en estos días, y está dispuesta a aclarar sus posiciones y decisiones. Cristina Cifuentes nos recibe de manera cordial y distendida en su impresionante despacho en la Delegación del Gobierno, para hablar de todas las cuestiones que tengan que ver con su manera de actuar durante el reciente Orgullo gay de Madrid.
Comienza por matizar sus controvertidas declaraciones a Europa Press en torno a si la marcha del Orgullo se sitúa o no dentro del derecho de manifestación. “Existen, efectivamente, dudas jurídicas según un informe de la abogacía del Estado”. No pone en absoluto en duda su carácter reivindicativo, pero explica que el hecho de que se incorporen “elementos móviles” (es decir, las carrozas) lo complica todo a la hora de regular la manifiesta dentro del derecho de manifestación. Pero aclara que ello no significa que no esté a favor de esa regulación y de la manifestación, todo lo contrario. “No consiento que digan que soy homófoba”, afirma. “Vengo defendiendo el matrimonio igualitario desde que era diputada de a pie, por aquel entonces vía enmiendas”, explica –y aporta una fotografía como documento que lo certifica–.
Miguel Ángel Sánchez (Fundación Triángulo), Pedro Zerolo, Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Cifuentes en una antigua reunión a favor del matrimonio homosexual.
Se le ha echado en cara a Cristina Cifuentes, ante el silencio de la alcaldesa de Madrid, que se pusieran peros al recorrido deseado por muchos de la ‘manifiesta’ del Orgullo, cruzando la Gran Vía. Igual que no se explica la falta de seguridad y de facilidades higiénicas en Chueca para hacer del Orgullo una fiesta más segura y sostenible. Por todo ello le hemos preguntado también.
CRISTINA CIFUENTES ⇒ El Orgullo, que evidentemente tiene unas connotaciones reivindicativas que se deben mantener, tiene un aspecto festivo, como evento turístico y cultural, que también hay que explotar. Creo que las administraciones deben colaborar para que siga siendo un acontecimiento que suponga para Madrid una fuente de riqueza. Siempre he pensado que, como en cualquier evento que atraiga turismo, deberían trabajar de manera conjunta la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento. Por circunstancias que desconozco, hasta ahora eso ha resultado complicado. Hace falta encontrar una fórmula para que se haga, igual que para compatibilizar la parte reivindicativa, los intereses de los empresarios y también los de los vecinos. Tiene que haber fórmulas.
SHANGAY ⇒ Ahora mismo el problema radica en la actitud del Ayuntamiento, que prefiere prohibir directamente espacios antes que aceptar propuestas sostenibles, lo cual este año ha vuelto a dar como resultado que Chueca se convirtiera en un macrobotellón descontrolado e inseguro.
CRISTINA CIFUENTES ⇒ Las ordenanzas y las normativas están para cumplirlas. Pero no tiene sentido que para cumplir la normativa de ruido se incumpla la del botellón. Y en un botellón masivo también si incumple la ordenanza de ruido… Habría que dar al Orgullo un tratamiento singular, como gran acontecimiento que es en Madrid.
SHANGAY ⇒ ¿Comprende que no sintamos que el Ayuntamiento considere que el Orgullo es un evento excepcional, dada la ausencia de representación en la ‘manifiesta’?
CRISTINA CIFUENTES ⇒ Aquí surge también otro problema, y es que se intente utilizar el Orgullo políticamente, porque eso tira para atrás a mucha gente. Porque en el colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales hay gente de izquierdas y de derechas, hay de todo, como en los partidos hay de todo. Y a un gay no solo le preocupan sus reivindicaciones como homosexual, sus preocupaciones son las mismas que las de cualquier otro ciudadano: la economía, el paro… Querer hacer una división política en base a determinadas reivindicaciones de un colectivo me parece una equivocación.
¿Quieres saber por qué la manifiesta no ha vuelto a la Gran Vía este año? En la siguiente página lo explica.
SHANGAY ⇒ Se le ha criticado por no permitir que este año la ‘manifiesta’ del Orgullo volviese a circular por la Gran Vía. ¿Qué tiene que decir al respecto?
CRISTINA CIFUENTES ⇒ No es que yo no lo haya permitido. El derecho a manifestación no está sometido a autorización previa, es decir, las manifestaciones están autorizadas per se. Y yo acepto los recorridos que me proponen. Solo los puedes modificar o prohibir, como dice el artículo 21 de la Constitución, cuando existen razones fundadas de alteración del orden público o peligro para bienes y personas. Aquí fue la organización la que propuso dos trayectos. Con respecto al de Gran Vía, el Ayuntamiento envió un informe alertando de un grave peligro de seguridad y de protección civil, y de la imposibilidad de que pudieran entrar servicios de emergencia en caso de que ocurriera algo. Lo hablé con los organizadores y ellos mismos propusieron el eje Prado-Recoletos… A mí, desde el punto de vista de la circulación y el orden de la ciudad, me causaría menos trastorno que discurriera por la Gran Vía. El principal problema era de seguridad, porque al incluir carrozas entraña muchos riesgos.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo vive usted la ‘manifiesta’?
CRISTINA CIFUENTES ⇒ Desde que soy delegada de Gobierno [2012], me la paso con el teléfono en la mano, esperando que no ocurra nada. Porque es muy fácil que haya algún accidente. Lo importante es que todo ha salido muy bien. Como siempre, al menos es lo que yo he comprobado en estos años. Y eso que es una manifestación en la que se reúnen muchos miles de personas, y cuando hay tanta gente aglomerada es fácil que puedan surgir incidentes.
«HABRÍA QUE DAR AL ORGULLO UN TRATAMIENTO SINGULAR, COMO GRAN ACONTECIMIENTO QUE ES EN MADRID»
SHANGAY ⇒ ¿Por qué le sorprende que la gente prefiera el recorrido por la Gran Vía, mucho más vistoso?
CRISTINA CIFUENTES ⇒ Al principio no lo comprendía. Porque antes de ver el Orgullo de Madrid, hace muchísimos años, estando en Berlín me tropecé por casualidad con el Love Parade y me alucinó, entre otras cosas porque transcurría por unos jardines inmensos. Como tenía esa imagen del parque, no entendía por qué no se quería hacer aquí por el Paseo del Prado, que es más parecido. Ahora he entendido que tiene que ver más con la perspectiva que ofrece para quienes lo viven desde dentro.
Finalmente, al preguntarle por qué se puede cortar la Gran Vía para que un equipo de fútbol celebre un triunfo pero no para celebrar el Orgullo –aunque al final, dada la masiva afluencia de gente, permaneció cortada durante toda la noche del 5 de julio–, Cristina Cifuentes explica que no son responsabilidad suya celebraciones derivadas de partidos de fútbol, misas y procesiones. Es evidente que la pelota está en otro tejado.
¿Te convencen las explicaciones de Cristina Cifuentes?