Luz Casal: "He tenido tropecientos batacazos en mi carrera"

Temas: Bizarrap, Diva, Entrevista, Luz Casal, Rosalía

En 2021, Luz Casal publicó su primer álbum en directo tras casi cuatro décadas de carrera, Solo esta noche. Sintió que su concierto en la plaza del Obradoiro en Santiago, el 21 de julio de ese año, fue demasiado especial como para no inmortalizarlo.

Regresa ahora con Las ventanas de mi alma, el disco de estudio número 15 en su carrera, y del que confiesa sentirse muy orgullosa. Verla hablar con tanta emoción de sus nuevas canciones resulta contagioso.

Luz Casal continúa transmitiendo esa cercanía que hace de ella una artista realmente especial. Algo que experimentaron todas aquellas personas a las que Luz accedió a llamar por teléfono durante la cuarentena para que se sintieran menos solas. Una experiencia que ha inmortalizado en Hola, qué tal, el primer single de este disco.

«En estas canciones muestro tanto mi cara amable como la turbia»

Ha supuesto la carta de presentación de un álbum que, en la nota de prensa enviada a los medios, se define como el más personal y autobiográfico de su carrera. Y que se ha tomado lo suyo para publicar. «Es que las canciones hay que trabajarlas», explica. «A veces salen rápido y otras te cuestan cuatro años largos. Como Duele en este álbum, a la que le di tantas vueltas, sin que terminara de convencerme…, que casi no la grabo para el disco».

Recuerda Luz que ella trabaja siempre a su ritmo. «En Un mar de confianza trabajé durante cinco años. Como la flor prometida me llevó tres, seguro», recuerda. «Solo entre el primero, en 1982, y el segundo transcurrió un año». Ella marca los tiempos, porque «no me gusta trabajar con apremio. Afortunadamente, nunca he tenido a nadie detrás diciéndome cuándo tenía que sacar un disco porque era la mejor época». Es algo que se ha ganado, claro. «Y si el disco no llega a Navidades, llegará en verano».

Lógicamente, se siente privilegiada dentro de la industria musical «porque puedo hacer lo que me da la gana cuando me da la gana. Estoy aquí para hacer las cosas a mi aire, sin obedecer a tendencias ni estilos».

SHANGAY ⇒ ¿Realmente consideras que Las ventanas de mi alma es, tal y como se define en la nota de prensa que lo acompaña, el más personal de tu carrera?
LUZ CASAL ⇒ Esa definición es justa. Porque en él comparto preguntas que antes no me hacía y ahora sí; en lo íntimo me muestro de una manera muy clara. En muchas de estas canciones hablo de mí misma mostrando tanto mi cara amable como la turbia.

«Vivir mirándote el ombligo no puede tener buenas consecuencias»

SHANGAY ⇒ ¿Qué sientes que es lo más turbio que has compartido en este disco?
LUZ CASAL ⇒ Lo que describe La inocencia: hablo del rencor, de lo que pesa. Y en Antes que tú reconozco que ya no soy carne fresca. Incluso en una canción tan amable como Un lugar perfecto digo que «brindo al sol mi cuerpo sin que importen los defectos». Admito que los tengo, sin necesidad de decir que tengo cicatrices y celulitis, tampoco lo iba a escribir así. Siempre he tenido tendencia a escribir de una manera sutil para darme oportunidad de interpretar las canciones de maneras distintas.

SHANGAY ⇒ Cantas: «La inocencia que perdí la quiero recuperar»…
LUZ CASAL ⇒ Claro, no la quiero perder, ni ir acumulando cosas que no me interesan. Quiero quedarme con lo bueno.

SHANGAY ⇒ ¿Te consideras rencorosa?
LUZ CASAL ⇒ Ha sido uno de mis defectos, sobre todo en reacción al dolor que me ha podido provocar una traición o una injusticia…, o cuando alguien me ha subestimado. Pero es una mochila que ya no me apetece cargar. Por eso dedicar una canción a la inocencia me parece más atractivo que hablar de un amor adolescente, que no vivo, además. Ya tengo canciones que hablan de eso; y no actúo así como producto de la madurez sino de un carácter reflexivo. Me he analizado física y emocionalmente, y me he querido abstraer del deseo carnal y de las relaciones amorosas; porque ya hay millones de canciones que lo hacen.

SHANGAY ⇒ Y tú podrías seguir componiéndolas también si quisieras…
LUZ CASAL ⇒ Saber que me estoy repitiendo me descorazonaría… No way. ¿Qué sentido tiene hacer algo como lo anterior? Soy una persona lo suficientemente compleja como para poder ir sacando de mí cosas distintas cada vez.

SHANGAY ⇒ A veces da miedo que una artista de tu talla pierda el contacto con la realidad cotidiana al vivir en su burbuja…
LUZ CASAL ⇒ No es mi caso. Es evidente que no puedo abarcar todo, pero, en lo estrictamente musical, por ejemplo, quiero tener el pálpito del presente. Me interesa mucho conocer a chicas más jóvenes que yo que hacen las cosas de manera distinta. Que no esté en la calle no significa que no esté informada. Vivir en una burbuja significa mirarte el ombligo, y eso no puede tener buenas consecuencias [risas].

«El rencor ha sido uno de mis defectos, pero es una mochila que ya no me apetece cargar»

SHANGAY ⇒ ¿Puedes bajarte, en pleno centro de Madrid, a tomarte un café tranquilamente en un bar?
LUZ CASAL ⇒ Si no hablo, a lo mejor; si lo hago, la he estropeado [risas]. Tengo que hacer como si no fuera yo: caminar mirando hacia el suelo, como si fuese contando las baldosas que piso. Para mí la fama es ser popular; yo he buscado toda mi vida tener contacto con la gente, tener un público, y esa es la gente que te reconoce cuando has ido a comprar manzanas y te dice: «¡Luz! ¿Qué haces aquí? ¡Te veo estupenda!». Saber que hay gente para la que sabes que significas mucho, gracias a tus canciones o porque les caes bien, no puede ser malo. Si lo evitas, te estás perdiendo algo importante.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo sueles descubrir a nuevos artistas?
LUZ CASAL ⇒ Los voy buscando. Si veo que Residente (aunque no sea precisamente el más joven) ha grabado una sesión con alguien, no solo con Bizarrap, me interesa escucharla. Si me entero de un chaval canario que tiene una canción que arrasa y que tiene un beat especial, lo quiero conocer. Si Bronquio está colaborando con una cantaora, me interesa escucharlo.

SHANGAY ⇒ ¿Qué nuevas artistas femeninas te han emocionado recientemente?
LUZ CASAL ⇒ Lo de Rosalía ha sido avasallador; sobre todo, por la cantidad de recompensas que está teniendo gracias a su talento. Me alegra ver su reconocimiento a nivel mundial; no me considero una persona envidiosa. Me pasa con el éxito de cualquier artista, aunque no sea de mi gusto. En el caso de Rosalía, me compré su último disco, claro.

SHANGAY ⇒ ¿Sigues comprando discos en físico?
LUZ CASAL ⇒ Sí, me ilusiona hacerlo. Pero ya no los compro de uno en uno como antes; ahora, de repente me compro veinte a la vez. Por eso quise para mi disco una portada que tuviera interés por sí misma. Recuerdo cuando el ilustrador [Xebius] me dijo: «Hay dos hormigas, a ver si las encuentras» [risas].

«Me alegra ver el reconocimiento a Rosalía a nivel mundial»

SHANGAY ⇒ Antes que tú, uno de la canciones más cañeras del disco, propone un juego muy interesante, en el que repasas todo lo que has vivido en tu carrera con acidez…
LUZ CASAL ⇒ Es absolutamente sarcástica, y tiene pegada. Cuando compuse el final del estribillo, «todo eso se reduce a un eterno bla, bla, bla», creo que estuve muy acertada [sonríe]. Porque si cuando alcanzas la gloria crees que las cosas van a ser así toda la vida…, no. Cuando menos lo esperes, te vas a pegar un batacazo, y hay que tenerlo presente.

SHANGAY ⇒ ¿Me dirías uno de esos momentos en que pensaste «he alcanzado la gloria»?
LUZ CASAL ⇒ Ha ocurrido muchas veces. Sin ir más lejos, grabando este disco. No hace falta que pienses qué quieren cincuenta millones de personas, porque no sé si es eso es sinónimo de «la gloria». Para mí lo es, por ejemplo, descubrir que de la nada ha surgido una melodía que cuando la grabas y la vuelves a escuchar dices «está realmente bien». Eso es una pasada, esa satisfacción es única. Al principio tuya solo, hasta que compartes la canción.

SHANGAY ⇒ ¿Y algún batacazo memorable?
LUZ CASAL ⇒ He tenido tropecientos [risas]. Como el ridículo que sientes al olvidársete una letra. Además, tiendo a que se me olviden las que he compuesto yo, que es el colmo de la extravagancia.

 

SHANGAY ⇒ Cuando te pones a componer, ¿piensas cosas como «debería grabar una canción para mi faceta de gran dama»?
LUZ CASAL ⇒ Nunca me planteo «voy a hacer una canción suave», «voy a hacer un rock’n’roll clásico»… Sé que voy a contar una historia, y es ella la que demanda que sea en un tempo determinado, o con un beat concreto sobre el que ir construyendo.

SHANGAY ⇒ Uno de esos temas tan de gran dama de este disco es el abolerado Suave es la noche…
LUZ CASAL ⇒ Me lo inspiró un amigo que es muy picaflor, enamoradizo y de los pegajosos; cada vez que nos vemos me presenta a una tía diferente, y nunca tienen nada en común entre sí. Me acordé de él, y como tenemos pendiente ir a Cuba juntos, así nació. De hecho, mi idea era ir a grabarla a Cuba, pero no pudo ser porque llegó la pandemia.

SHANGAY ⇒ En A ciegas hablas de «la suprema libertad de amar hasta el fin», una idea que merece la pena reforzar en estos tiempos convulsos…
LUZ CASAL ⇒ El amor siempre tiene que ser libre. El respeto por el otro siempre debe ser infinito. Yo viví muy pronto en mi propia casa relaciones diferentes, muy peculiares, así que jamás podría estar en contra de que dos personas, o tres, se quieran como deseen. Sin normas ni leyes ni nada. Siempre surgen dificultades para lograr ciertos cambios; se necesita tiempo para que las cosas ocupen verdaderamente el espacio que les corresponde. No pierdo la esperanza de que termine siendo así. Pero igualmente, nunca bajaría la guardia. Hay que estar siempre atentos.