ALGUIEN ALEGRE PARA ALGO SERIO
Era el chico sin nombre. Decía que prefería no darlo por discreción pero sin embargo sí tenía puesta la foto de su cara en el perfil. Fue sin duda algo que no entendí, porque si bien es cierto que los nombres se repiten, las caras no, a no ser que seas gemelo de alguien o que pases por el mismo cirujano varias veces…
Pensé que probablemente sería un fake de tantos que pululan en los mundos de las apps de follappmigos, pero no fue así. El chico en cuestión y en exclamación existía… Justo al día siguiente me lo encontré en la playa que suelo frecuentar, aunque no estaba solo. El chico sin nombre estaba tomando el sol en compañía de Hugo. Con Hugo acababa de terminar una historia que duró casi un año. Recuerdo que cuando me crucé con él en la misma aplicación donde supuse habría conocido a su acompañante anónimo, lo que me llamó la atención fue la frase que rezaba en su perfil: “alguien alegre para algo serio”. En nuestro caso, de alguna manera esa frase se cumplió, y digo de alguna manera porque aunque yo no soy la alegría de la huerta, lo nuestro ciertamente fue muy en serio. No sé si ellos también iban o no y tampoco me preocupaba, lo que sí sabía es que tenían mucha complicidad… Estaban desnudos tonteando el uno con el otro y tengo que reconocer que Hugo y el chico sin nombre me pusieron los dientes largos, los dientes y lo otro, pero ya que estamos hablando de “sinnombres” preferiría no nombrarlo…
ILUSTRACIÓN: David Rivas
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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