En sus inicios, allá por los años 70, Les Ballets Trockadero de Monte Carlo eran más una inteligente y cómica respuesta a la escena gay y Off Broadway de Nueva York que la compañía profesional de bailarines que conocemos hoy. Hay quien aún los ve exclusivamente como una parodia de los ballets clásicos rusos en clave travesti, pero cualquier aficionado a la danza sabe que, si quisieran, podrían prescindir de los toques de humor y pasar por una troupe de bailarines –con pelo en pecho y tutú, eso sí– capaz de interpretar con técnica preciosista El lago de los cisnes en el mismo Teatro Bolshoi. De hecho, por allí han pasado, así como por otras quinientas ciudades en más de treinta países en sus 40 años de historia.
Ahora los Trocks, que así es como se les conoce, celebran esas cuatro décadas plagadas de momentos buenos y otros no tanto –en los 80 la compañía se vio especialmente golpeada por el sida y a punto estuvo de disolverse– con un programa especial que podrá verse en mayo en los Teatros del Canal de Madrid. Una ocasión para que Carlos Renedo, el único español de los 15 bailarines y el encargado de dar vida a los personajes de Maria Paranova y Boris Nowitsky, pueda volver a casa.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo has terminado en una compañía como esta?
CARLOS RENEDO ⇒ ¡Ni yo lo sé! Soy de Barcelona y a los 20 años me mudé a Madrid para trabajar en musicales como Mamma Mia!, Víctor Victoria o Quisiera ser. Pero yo tenía ganas de bailar en una compañía y, como en España no hay nada, decidí venirme a Nueva York en 2008 con mi visa de estudiante y una beca. Desde entonces, he hecho muchísima danza contemporánea en el Metropolitan Opera, pero un buen día vi que la compañía convocaba audiciones y me acordé de la primera vez que les había visto en Barcelona, justo cuando empezaba a bailar. En 2012 me presenté a la prueba de clásico y en puntas. Al día siguiente ya estaba ensayando con ellos y a la semana ya estábamos de gira por el mundo.
«EN VEZ DE CON ESA MANERA REFINADA QUE TIENE LA MUJER, NOSOTROS BAILAMOS CON LA FUERZA DEL HOMBRE PASOS TÍPICAMENTE FEMENINOS»
SHANGAY ⇒ ¿Qué era lo que más te fascinaba de la compañía como bailarín?
CARLOS RENEDO ⇒ La perfecta combinación de técnica clásica y humor. En principio me presenté porque echaba de menos la parte interpretativa, poder actuar además de bailar, pero también me interesaba el reto de transformarme en otra persona cada noche y bailar en puntas, que es mucho más difícil de lo que uno se espera. Como hombre bailarín, no creces entrenándote en esa técnica y no es hasta que tienes que hacer El lago de los cisnes cada noche cuando realmente te pones las pilas.
El bailarín Carlos Renedo antes y después de convertirse en Maria Paranova
SHANGAY ⇒ ¿Representar papeles femeninos y con vestuario de mujer no es echar por tierra lo aprendido como bailarín hombre?
CARLOS RENEDO ⇒ Al revés, buscar el equilibrio entre la feminidad, la parodia y la comicidad es una de las cosas más difíciles que he hecho. La idea de la compañía es que seguimos siendo hombres bailando en puntas. La fisicalidad del hombre, con su pelo en pecho, sigue estando ahí al servicio de una coreografía original de los ballets rusos. En vez de con esa manera refinada que tiene la mujer, nosotros bailamos con la fuerza propia del hombre pasos típicamente femeninos, de ahí la parte humorística de la compañía. El punto de gravedad cambia por completo, la mujer tiene el peso más en las caderas y las articulaciones son más laxas, mientras que nosotros somos más musculosos y el peso recae en los hombros. En realidad hacemos con la danza lo que se hacía en el teatro isabelino, que los hombres interpreten personajes de mujer sin burlarse de ellos.
SHANGAY ⇒ ¿Ser un Trock también es una manera de desquitarse e interpretar los mejores papeles reservados a mujeres?
CARLOS RENEDO ⇒ Totalmente, porque aunque te hayas formado como bailarín hombre, en el fondo siempre te queda esa espina de ser un cisne algún día, cosa que aquí ya haces desde el primer día. No existe en el mundo otra compañía donde puedas hacerlo. Eso y viajar por todo el mundo es lo mejor de este trabajo.
SHANGAY ⇒ ¿Bailar en puntas es lo más difícil de esa feminización?
CARLOS RENEDO ⇒ Tiene lo suyo. Si no te has formado, subirse a las puntas es muy duro, te duele todo, no solo las heridas o las ampollas típicas. En realidad lo difícil es no ser ni demasiado femeninos ni hacer una parodia sin precisión. Nosotros ensayamos entre ocho y diez horas de danza clásica, no hay hueco para la improvisación, aunque desde el público se vea todo tan gracioso y cada uno tengamos nuestros personajes con nombre ruso, que en inglés tienen su gracia. Los show siempre son en tres actos y con un variado repertorio, desde un Tchaikovsky plagado de bromas a pasos a dos y ballets barrocos.
SHANGAY ⇒ ¿Se ha llegado a malentender el tipo de humor que practicáis?
CARLOS RENEDO ⇒ Pueden reaccionar un poco diferente, pero la acogida siempre es la misma. La risa es internacional y llega a todos los públicos. En Japón hay un club de fans enorme, por ejemplo, pero no son tan escandalosos como en algunos países latinos o europeos. Pero nunca hemos tenido una acogida fría ni mala reacción. Quien no entiende lo que hacemos, directamente no viene a vernos.
«ME GUSTARÍA QUE HUBIERA MÁS CONEXIÓN CON LA ESCENA DRAG»
SHANGAY ⇒ Dado que es un repertorio ruso y un espectáculo surgido de la escena gay, ¿cómo es la acogida en un país con leyes homófobas como Rusia?
CARLOS RENEDO ⇒ Si sabes que vas a ver una parodia, la reacción siempre es buena. Siempre se lo han tomado bien porque ven reflejadas cosas del ballet típico ruso de una manera exagerada. No es que el show sea exclusivamente homosexual o vaya dirigido a un público gay solamente, pero tampoco hemos tenido problemas por llevar la cultura gay y drag alrededor del mundo. En sus inicios empezó como una compañía de actores que no eran tanto bailarines y que reivindicaban la escena gay en el Lower Manhattan. Ahora el público es más amplio, hay un montón de chicos jóvenes que se están entrenando en puntas y nos escriben queriendo formar parte de la compañía, lo cual significa que ha trascendido todo eso.
SHANGAY ⇒ ¿Os seguís dejando influir tanto por la escena drag como al principio?
CARLOS RENEDO ⇒ Yo diría que ahora es un show más drag, nos pintamos mucho más y hay mucha más técnica. Allá donde vamos, vienen a vernos muchas drag queens del país en el que estamos y siempre terminamos conociéndonos en el backstage. A mí sí que me gustaría que hubiera más conexión, porque al final y al cabo estamos en la misma escena, aunque nosotros practiquemos un transformismo de escenario, no tanto de club nocturno.
El programa 40º aniversario de Les Ballets Tockadero de Monte Carlo se representa en los Teatros del Canal (C/Cea Bermúdez, 1) de Madrid del 6 al 17 de mayo.