Karina lleva más de cuatro décadas subida a los escenarios. La artista venezolana es experta en reinventarse y en no quedarse atrás. En sus diez álbumes de estudio ha cantado baladas, rancheras, cumbias y reguetones, y no quiere dejar de experimentar con la música porque es lo que le hace sentir viva.
Así nos lo cuenta la también actriz de telenovelas, que publica su nuevo disco, 11/11, disponible en todas las plataformas digitales. La venezolana actuará también en el próximo Orgullo LGTBIQ+ de Madrid durante el Orgullo Latino que se celebrará en la gala de clausura. Con una taza de té y unos tacones de infarto que no le permiten andar demasiado, Karina nos habla del futuro de la música, de reinventarse y de cómo ser madre de una persona en plena transición de género.
SHANGAY ⇒ ¿Cuál es el secreto para seguir tanto tiempo en la música?
KARINA ⇒ Esto no es lo que yo hago, esto es lo que yo soy. Me resulta casi imposible no hacerlo. Cuando no estoy creando música me siento como un pez fuera del agua al que le falta el aire. Llevo más de 37 años trabajando y me ha tocado aprender a reinventarme, a adaptarme a los diferentes formatos que han llegado. Cada vez surge un reto distinto que no había visto antes y eso me mantiene con curiosidad e ilusión.
«Hay reguetones muy buenos, al igual que baladas muy malas»
SHANGAY ⇒ Justo en tu nuevo disco, 11/11, pruebas con nuevos estilos musicales…
KARINA ⇒ Fíjate que yo siempre he mantenido una línea muy definida en cuanto a mi estilo. Siempre he hecho música muy elaborada, baladas con una instrumental muy fuerte. Eso se ha simplificado, ahora puedes hacer una canción con un teclado y está igual de bien. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos pero sin perder la identidad. En este disco mezclé la cumbia mexicana, que me inspiró mucho durante mi gira por el país. También tiene merengue, porque no hay venezolano que no baile un merengue. Y por supuesto, algo de reguetón. Hay gente que cree que el reguetón es solo ruido, y mira… no. Hay reguetones muy buenos, al igual que baladas muy malas. Yo ya he hecho de todo, y necesito probar cosas nuevas para oxigenarme.
SHANGAY ⇒ ¿Te da vértigo la velocidad a la que va la industria musical?
KARINA ⇒ Esa es la palabra, vértigo… En mi época hacías un contrato discográfico e incluso después de muerto seguían siendo dueños de ti. Se pensaba en carreras largas y con mucha trayectoria. Podías pasar años creando tu disco, buscando inspiración y componiendo sin prisas. Ahora los chicos hacen un vídeo al mes, o sea, no me da tiempo ni de aprenderme la canción. Creo que la generación de ahora tiene un gran déficit de atención y nacen con un móvil con el que el consumo es más rápido. Yo no me puedo adaptar al 100% a esa velocidad, no puedo competir con Bizarrap… Voy a mi ritmo.
SHANGAY ⇒ En Cuarenta haces un canto a la madurez. ¿Qué has aprendido con el paso de los años?
KARINA ⇒ A aceptarme de verdad. Quererme con mis imperfecciones, mis detalles, no exigirme tanto. Está bien tener un mal día, está bien no haber hecho tal cosa. Ya no tengo tanta angustia y vivo más relajada. Disfruto del aquí y el ahora, siendo consciente de que el tiempo es finito y pasa rápido. Quiero vivir el instante.
SHANGAY ⇒ Este mes se celebra el Orgullo LGTBIQ+. ¿Te sientes un referente para el colectivo?
KARINA ⇒ Nunca lo pensé, pero me lo han hecho sentir. Gracias a las redes sociales, he tenido la oportunidad de escuchar a miles de personas que me contaban sus propias experiencias a través de mi música. Hay mucha gente que se ha refugiado en mí cuando otros no le aceptaban, y eso me enorgullece muchísimo, es un privilegio enorme.
«Mi hijo vino a abrirme la mente y llenarlo todo de confeti»
SHANGAY ⇒ Además, has sido muy visible durante la transición de tu hijo… ¿Crees que es importante que los artistas visibilicéis este tipo de historias?
KARINA ⇒ Muchísimo… Yo lo hice absolutamente sin conciencia de lo que iba a pasar, para mí fue como quien se toma una foto el día de la graduación del niño. Recuerdo que lo compartí el día que mi hijo tuvo la primera inyección, tenía 11 años, muy jovencito, y para mí fue una declaración de amor pública. Fue una carta para él, para demostrarle que su mamá le quiere y gritar a los cuatro vientos que le amo, le acepto y vamos adelante juntos. En ese momento fue un poco loco, pero me dio la oportunidad de entender que esa era una de mis misiones en la vida. Yo crecí judía ortodoxa en un ambiente muy, muy cerrado, así que imagina la cabeza hermética que tenía. Antes de él yo no tenía la menor idea de este tema, y me tomó un tiempo. Lo primero que hice fue educarme; y lo segundo, buscar profesionales, psicólogos, endocrinos, un equipo de gente que nos orientara y guiara en todo este proceso. Mi hijo vino a abrirme la mente y llenarlo todo de confeti. Me ha ayudado a entender este nuevo mundo más libre.
«Tú eliges si quieres tener una relación sana y bonita y acompañar a tu hijo en el proceso»
SHANGAY ⇒ ¿Qué consejo les darías a las familias que se encuentran en este proceso?
KARINA ⇒ Que se eduquen y lean muchos estudios clínicos. Que busquen información en medios serios, nada de TikTok. Y, sobre todo, escucha a tu hijo. Una madre sabe cosas de su hijo y sabe que es diferente. Hay que estar muy alerta y tomarle en serio. Tu hijo va a iniciar su camino, quieras o no; tú eliges si quieres tener una relación sana y bonita y acompañarlo en el proceso. Escúchalo, acompáñalo y entrégate.
SHANGAY ⇒ Hay gente que sigue pensando que el Orgullo no es necesario…
KARINA ⇒ ¡Pero si es maravilloso! A través de la música y la celebración se puede reivindicar y crear conciencia para seguir conquistando con miel y no con vinagre. Hemos avanzado mucho, y hay países que están mejor que otros, pero lo importante es caminar juntos hacia adelante. También quiero decir que es importante entender que para muchas personas resulta complicado, porque vienen de otra generación y está bien darles su tiempo. Lo importante es vivir con cordialidad, respeto y sin agredirnos, porque eso sí que no lo tolero. No me agredas, no me retrases, no me limites y no me jodas.
SHANGAY ⇒ ¿Alguna colaboración española soñada?
KARINA ⇒ Este Pablito Alborán me vuelve loca…, o la mismísima Mónica Naranjo, que no es una voz, es una bomba. O Rosalía, por ejemplo, que nos lleva locos a todos, porque ha trascendido la barrera de lo urbano con un talento infinito y es única. En mi época todos queríamos ser únicos, y ahora hay una tendencia a parecerse unos a otros. Si escuchas la radio, te cuesta identificar quién es quién. Pero parece que la tendencia vuelve al pop y a la música melódica. Ahora los reguetoneros tienen corazoncito y quieren contar historias. Ya no es puro dame, dame, dame, que está bien…, pero vamos a darnos un besito antes, ¿no?
La sesión fotográfica ha estado a cargo del diseñador de vestuario Michael Torres, que ha trabajado para Drag Race España o Rosalía, y el fotógrafo Iván Dupond, muy reconocido a nivel nacional por su trabajo en Miss Venezuela.