Cuando se compara el riesgo de cáncer de mama en mujeres trans con hombres cisgénero, la diferencia es asombrosa: hasta 46 veces mayor. Según el principal estudio realizado con voluntarios del colectivo transgénero, la hormonación utilizada durante el proceso de transición es la principal causa de este riesgo elevado.
La exposición a hormonas sexuales femeninas, tanto de forma endógena como exógena, aumenta significativamente la probabilidad de desarrollar cáncer de mama. Este hallazgo es una llamada de atención sobre la importancia de la prevención y el diagnostico en la comunidad trans.
Sociedades científicas han emitido advertencias claras: todas las personas trans con glándulas mamarias desarrolladas deben someterse a un cribado de cáncer de mama de manera regular. Sin embargo, durante el proceso de transición, existen vacíos administrativos que pueden excluir temporalmente a esta población de los programas de prevención.
Es importante destacar que el cáncer de mama no se limita únicamente a las mujeres (ya sean cisgénero o trans). Los hombres trans también afrontan riesgos, aunque aproximadamente la mitad en comparación con las mujeres cisgénero. La conciencia de esta realidad es esencial para garantizar que todas las personas tengan acceso a la información y los servicios necesarios.
A pesar de la evidencia científica, muchas personas trans aún encuentran obstáculos para acceder a los exámenes médicos de cáncer de mama. Algunas de las razones pueden ser las dificultades para completar el trámite administrativo de reasignación de género y la persistente estigmatización que sufre el colectivo. Estos obstáculos son inaceptables y deben abordarse para garantizar una atención médica justa y equitativa.
Un ejemplo de la discriminación que sufren algunas personas trans en los hospitales es el caso de Tina, una mujer trans de 56 años, que ha contado que se le cuestionó su derecho a hacerse una mamografía… Esta realidad subraya la necesidad de sensibilizar y educar a los profesionales de la salud sobre las necesidades específicas de las personas trans en los procesos de prevención del cáncer de mama.
Es esencial que los profesionales de la salud trabajen juntos para garantizar que todas las personas, independientemente de su identidad de género, reciban la atención y el apoyo que merecen.
El cáncer de mama es una amenaza que no discrimina en función de la identidad de género. La disparidad en el riesgo y el acceso a los servicios de prevención es una cuestión que debe abordarse con urgencia.