Musulmán y gay. Parvez Sharma sabe que su vida es complicada, pero no está dispuesto a quedarse con los brazos cruzados. Digiere los insultos homófobos con el orgullo de no esconderse a pesar de tener todos los elementos en contra. Y por si fuera poco, ha decidido jugarse la vida para enseñar al mundo que él sí se respeta a sí mismo.
Es director de cine, y acaba de presentar A sinner in Mecca (Un pecador en La Meca), una cinta donde palpa el riesgo de cerca al grabar su peregrinación por lugares en los que está terminantemente prohibido darle al botón de REC. Y todo ello siendo abiertamente homosexual. El fundamentalismo homófobo le acecha desde que en 2007 publicase el documental A jihad for love, que narraba la vida de musulmanes gays alrededor del mundo.
“Después de rodar mi anterior película, me vi de frente con algunas preguntas que tenían que ver directamente con mi fe. ¿Realmente soy un verdadero musulmán?”, confiesa Sharma para El Mundo. Por eso sentía la obligación de dirigirse a La Meca con el propósito de enseñar la versión más cruel y politizada del Islam.
Desde hace años, Sharma vive con su pareja en Nueva York, desde donde le surgió la necesidad de adentrarse en el país que más teme: Arabia Saudí. Allí la homosexualidad está catalogada de crimen, sin posibilidad del derecho a la privacidad y con una total censura comunicativa con todo aquello que puedan considerar perjudicial.
Y además, tal y como explica: “Hay que tener en cuenta que en Arabia Saudí está prohibida cualquier representación del cuerpo humano. No hay cines. No puedo enumerar el número de veces que la policía religiosa conocida como Mutawa me conminó a dejar de grabar. Era complicado. No se trataba de tomar unas simples imágenes como un turista”. No es de extrañar que la revista Utne, referencia de la cultura alternativa, le reconozca como una de las 50 personas del mundo cuya visión cambiará la realidad. Valga el tráiler para abrir el apetito.