Hace diez años, Josep Maria Miró llenaba el Teatro de La Abadía con El principio de Arquímedes, una de sus obras más célebres, que fue llevada al cine de la mano de Ventura Pons con el título de El virus del miedo. Ahora, años después y con el autor convertido en una figura clave del teatro español, La Abadía prepara un homenaje a su particular universo. Durante este mes de febrero se programarán cuatro de sus obras con la intención de ofrecer una visión amplia del talento poliédrico del dramaturgo catalán.
Una de las más esperadas es El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar, que ganó el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2022 y se estrena por primera vez en castellano en Madrid.
Imagen de la obra El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar.
Josep Maria Miró nos espera en la cafetería de un hotel en el centro de Madrid para hablar de este ciclo que organiza La Abadía, y es una de esas personas a las que podríamos estar escuchando durante horas. Inteligente, culto, educado y muy concienciado con el colectivo LGTBIQ+ y el teatro. «Hay una cosa muy bonita en enseñar estas cuatro obras tan distintas entre sí. Creo que habla muy bien de la figura del autor de teatro, de un autor que escribe textos propios como El cuerpo más bonito… o que, de golpe, se pone al servicio de un material que no es suyo como Reyes del mundo, que es un encargo, y hay que hacerlo como propio. Sería incapaz de hacer un proyecto si no me lo creyera«, nos cuenta el dramaturgo.
En El cuerpo más bonito…, el actor Pere Arquillué se enfrenta a un texto complejo y desgarrador que comienza con la aparición del cadáver de un joven de diecisiete años, vestido únicamente con un bañador rojo y unas zapatillas deportivas, en mitad de un campo. Arquillué lleva la carga dramática de la obra con una única voz y cuatro personajes distintos. Un solo foco y el actor. Un difícil ejercicio escénico en el que apenas se mueve, ni cambia de vestuario… ni de voz. «Es la primera vez que escribo un monólogo, y cuando empezamos a trabajar en la obra fuimos viendo que cualquier elemento que hubiera iba a molestar y ensuciar el texto. Así que fuimos a por una cosa más básica y muy compleja al mismo tiempo. Me hace muy feliz estrenarlo en Madrid porque creo que hay algo muy local, que lleva impregnado mi pueblo en la palabra, que da igual de dónde seas que lo sientes cercano».
Imagen de la obra Reyes del mundo.
Yo, travesti es otra de las obras que se programan dentro del ciclo del autor. Un show que él mismo califica como un espectáculo «muy travesti», lógicamente. «Es una obra que empieza de una manera pero que no sabes como puede acabar», explica. «Creo que es momento de reivindicar el travestismo como el arte que es. Llevamos mucho tiempo reivindicando la literatura y el cine LGTBIQ+ pero a los travestis se les sigue viendo como artistas de segunda. Para mí sería un motivo de alegría ver un teatro público acogiendo un espectáculo travesti». La obra combina teatro, música y danza para homenajear el arte del travestismo y a algunas de las travestis más célebres de nuestra cultura y escenarios. Una manera de reivindicar este arte y a las grandes divas e imitadores que han tenido mucha tradición en nuestro país. La obra permite acercarnos a nombres como los de Ocaña, Carmen de Mairena, Pirondello y Bibi Andersen, en un contexto de represión para el colectivo LGTBIQ+ como fue la antigua Cárcel Modelo de Barcelona.
«Hay personajes LGTBIQ+ y que están muy ligados al travestismo que los asociamos a la tragedia o al martirio, cuando deberíamos recordar su alegría y luminosidad. Son personajes que nos han hecho felices con su arte y su fantasía. Eso es parte del arte, que nos acerca a la belleza desde la fantasía y sin fantasía no hay travestismo«.
Imagen de la obra Yo, travesti.
Miró es una de las grandes voces LGTBIQ+ dentro del teatro nacional y sabe muy bien cuál es su papel, su mirada y la importancia que tiene lo que hace: «En el colectivo nos hemos pasado la vida buscando representación en cualquier esquina. Cuando era más joven iba al cine porque me habían contado que dos chicos se besaban en una película y me pasaba todo el rato esperando a que llegara ese momento. Cuando se encendían las luces veía que la sala estaba llena de chicos como yo. Ahora hay muchas series, películas, libros y obras de teatro que hablan de nosotros. Antes nos teníamos que conformar con historias de hablaban de sida, pena y ostracismo. Poco a poco, la ficción se está despojando de los estigmas«.
Ventura Pons llevó al cine uno de sus textos más famosos y convirtió El principio de Arquímedes en El virus del miedo, película que protagonizó Ruben de Eguía y por la que se creó un vinculo entre el cineasta y el dramaturgo: «Ventura siempre tuvo un compromiso enorme con las temáticas LGTBIQ+ en su cine, y además con la lengua, que siempre era en catalán. Era un hombre que iba semanalmente al teatro y tenía una militancia con la cultura y lo LGTBIQ+ que era intachable. Era auténtico y revolucionario. Cuando nadie hablaba de nosotros, él ya lo estaba haciendo«.
En 2011, Miró estrenaba en el Teatro Nacional de Cataluña su obra Gang Bang y durante una de sus representaciones sufrió el ataque de unos legionarios que interrumpieron la función al grito de «¡Viva Cristo Rey!». Un ejemplo de opresión y censura que sigue haciendo estragos en la actualidad: «El teatro debe ser un lugar de paz y libertad, un espacio donde se encuentran las diferencias y disidencias. Aunque si algo me preocupa más que la censura es la autocensura; ahora vivimos con el miedo a que nos retiren una obra por si a alguien no le gusta o le molesta. Eso es lo realmente preocupante, que nosotros mismos nos censuremos por temor a no poder estrenar». Y va más lejos: «Me gustaría que algunos partidos políticos pidieran perdón por las cosas que han dicho o hecho. No pasa nada, está bien aceptar los errores de cada uno, pero no puedes decir aquello de las manzanas y las peras, manifestarte por la familia tradicional y luego ir de abanderado de ser el partido con más gais del país… Basta ya«.
El ciclo servirá como homenaje a uno de los dramaturgos LGTBIQ+ más importantes de nuestro país. El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar, protagonizada por Pere Arquillué, se representa del 1 al 18 de febrero en el Teatro de La Abadía. Nerium Park, con Alba Enríquez y Félix Gómez, tendrá una única función el 8 de febrero; Yo, travesti, los días 9 y 10 de febrero, con los actores Roberto G. Alonso y Jordi Cornudella. Y Reyes del mundo, los días 23 y 24 de febrero, con Carmen Conesa, Jordi Figueras, Rodo Gener y Toni Gomila.
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