Qué sorpresa. Y pensar que Polina Gagarina, representante de Rusia en Eurovisión a la que recibieron en las semifinales con banderas gays al viento, estuvo a punto de llevar allí el festival… Habría que haber visto su política aduanera. Sea como fuere, lo que sí se ha vuelto a poner de manifiesto es el atentando contra los derechos del colectivo LGTB en Moscú.
Allí, por momentos con resignación, se solicita cada año permiso para poder celebrar la marcha del Orgullo gay. Y por supuesto, teniendo en cuenta la ley que impera en el país, permiso denegado. Pero la prohibición no es ni mucho menos una novedad, se cumplen 10 años desde la última autorización, por lo que solo los más ilusos habrían esperado otra respuesta.
Pese a que las manifestaciones no están prohibidas como tal, la homofobia se sitúa por encima en el ranking de prioridades y el 30 de mayo (día previsto) no se podrá celebrar ningún tipo de reivindicación. No obstante, activistas rusos se resisten a la inmovilización, y ya han anunciado que harán “algún tipo de acción”, según recoge Pinknews.
Hace un año, en un intento parecido, 30 de ellos fueron detenidos por el simple hecho de postularse a favor de la igualdad. Celebraban los 20 años de la legalización de la homosexualidad, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Uno de los portavoces del Kremlin, Alexey Mayorov, se ha apresurado a informar de que “no se autorizará ninguna manifestación”. Esperaremos al sábado para ver qué ocurre.