INTERMITONTO
De ilusiones entiendo bastante pues he sido un iluso toda la vida…
Las tenía esperando en la puerta mientras buscaba el momento adecuado para ir a por ellas y, cómo no, a alguien con quien compartirlas.
Y así fue pasando el tiempo, el trance y el duelo… hasta que me juré no posponer ninguna más. Y eso he intentado todo este tiempo con las que tenían que ver conmigo… pero has llegado tú, inesperada ilusión disfrazada de Don Juan.
Recogí tus migajas del suelo, las que fuiste dejando a propósito que me llevaron a tu puerta. Pedí permiso antes de tocar, me dijiste que sí. Entré y ahí estabas… para luego irte. Y volviste para marcharte de nuevo. Y otra vez decidiste aparecer para luego hacer lo mismo. Me dijiste que te gustaba, que te resultaba interesante y que eso no era común en ti. Te pregunté si podía ilusionarme de ti, y contestaste “claro que sí”. Y digo yo… ¿cómo te puedes ilusionar del alguien que no está? ¿Es que acaso la gente se ilusiona del humo de un cigarro? ¿O de un momento al que dices adiós y sabes que no volverá? ¿O de una brisa de aire que pasaba por allí en ese preciso momento? Pues no, ni de eso ni de alguien que juega a un juego peligroso con otro alguien al que le encanta el peligro del tablero. El juego era conocernos y te olvidaste de las reglas. Y esto, ya no tiene arreglo.
ILUSTRACIÓN: David Rivas
Poemas y relatos cortos escritos por el escritor y docente Juan Carlos Prieto Martínez
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