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El Parque Nacional Iguazú es uno de esos lugares del mundo que hay que visitar por lo menos una vez en la vida. Sus impresionantes cataratas te dejan sin habla, hasta el punto de que resulta imposible describir con palabras la magia y el hechizo que producen los millones de litros de agua que se precipitan en los más de 270 saltos de agua que conforman este parque natural situado en la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, y que muestra su máximo esplendor en el lado argentino.
El Gran Meliá Iguazú tiene una ubicación más que privilegiada, dentro del parque en el lado argentino y frente a varias de las espectaculares cataratas, a las que miran muchas de sus lujosas habitaciones o su sorprendente infinity pool, que se extiende a lo largo de toda la fachada del hotel.
Cada detalle de la decoración del hotel está cuidado al máximo para que la experiencia sea inmejorable. Mención especial merecen las exclusivas instalaciones de su Yasi Spa y el jardín que rodea el hotel, que se funde con la selva tropical, y no es raro ver a los simpáticos coatís que viven en el parque deambulando por él. De hecho, para visitar las cataratas tan solo hay que andar unos metros y coger uno de los senderos que salen del propio jardín del hotel hacia el parque.
La experiencia gastronómica comienza en su restaurante Merkado, que fusiona la cocina mediterránea con los cortes de la suculenta carne argentina, que también se puede disfrutar desde su terraza, sin dejar de sentir el hechizo de las fascinantes Cataratas de Iguazú.
Fin de año
Pocos planes pueden superar la experiencia de empezar el año con vistas a las Cataratas de Iguazú. El hotel celebra una cena de gala de fin de año mágica, incluida en la reserva de los huéspedes alojados en esas fechas. Toda una experiencia gastronómica y espectaculares performances en el incomparable marco de una de las siete Maravillas Naturales del Mundo. Para información y reservas, visita la página web de Gran Meliá.