Rusly Cachina 'Oruga': "Es lamentable que nadie quiera escucharme cuando denuncio leyes anti-LGTBIQ+ en África"

La activista trans se ha convertido en un referente en redes sociales de denuncia, divulgación y lucha por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, sobre todo en África.

La de Oruga es una voz muy necesaria en redes sociales. Foto: Gonza Gallego
La de Oruga es una voz muy necesaria en redes sociales. Foto: Gonza Gallego
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

9 enero, 2025
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Oruga es por el nombre el que quienes la siguen conocen en redes a Rusly Cachina, la activista trans nacida en Guinea Ecuatorial, afincada en Madrid, que ha logrado hacerse con un potente altavoz en redes. Actualmente, estudia Integración social, y trabaja como técnica de igualdad, llevando temas relacionados con migración, “incluidos temas que afectan a las personas LGTBIQ+ que al migrar se han visto obligadas a interrumpir tratamientos relacionados con VIH, u hormonales en el caso de mujeres y hombres trans”.

Rusly Cachina (Oruga)

Rusly Cachina ‘Oruga’ lleva dos años viviendo en España –el primero, en Barcelona–, y “el anhelo de volver a casa siempre está ahí… Estoy aquí por las circunstancias, no porque me guste”. Cuenta que tuvo que migrar porque Guinea no puede asegurar la salud de las personas LGTBIQ+, y su constante activismo también juega en contra de su seguridad, su vida corría peligro: “A quienes damos visibilidad a esos temas se encargan de silenciarnos. Pero ¿cómo no voy a denunciar, por ejemplo, que se siguen utilizando terapias de conversión con personas de la comunidad?”.

Asegura Rusly Cachina que, siendo niña, con apenas 8 años, comenzó a darse cuenta de su realidad y a preguntarse quién era, y sintió una ausencia de referentes trans total: “A los 13 fue cuando me dije que tenía que pisar fuerte e indagar. Ya no solo por mí, también por mi hermano gemelo, que también es trans. Encima, crecimos en una familia católica… Cuando le dije a mi mamá que no me gustaban las chicas entró en shock. Ya cuando le dije era que era trans, imagínate… Empecé a manifestarme con mi propio cuerpo: con la ropa, el pelo… Si no me ponían una falda, no iba a colegio; si no era con trenzas, no iba a trabajar”. Fue en ese momento también cuando empezó a buscar personas queer en su país (“no sabes lo que me costó: todas malviviendo, casi todas en el umbral de pobreza, varias en curanderías”). Las que podían, se reunían en parques y centros cívicos “para hablar de la vida”.

«Para mí no es tanto una cuestión de visibilizar, sino de crear un archivo digital que sirva a personas queer en África»

En 2016 adoptó una actitud más política, “porque nuestros relatos tenían que llegar a los medios, también internacionales”. Pensó que sería cuestión de un tiempo, pero pronto se dio cuenta de que esa labor de activismo ya no iba a tener fin, como su compromiso. “Empecé a dejar de tener vida”, afirma.

TikTok se convirtió para Rusly en una plataforma que le permitía lanzar sus mensajes de denuncia pública, pero se queja de que solo le funciona como altavoz válido en ocasiones: “Es lamentable comprobar que cuando hablo de las leyes anti-LGTBIQ+ en el continente africano la gente no quiere escuchar. Si, por ejemplo, hablo de la ley trans en España, todo el mundo presta atención… Es otro muro que tengo que esforzarme por derribar”. Por eso tiene tan claro por qué es importante el esfuerzo de divulgación que hace en TikTok: “Para mí no es tanto una cuestión de visibilizar, sino de crear un archivo digital. Para que sirva a personas queer principalmente en el continente africano, que no les pase lo que a mí de adolescente. Esas personas son mi estímulo cuando me levanto cada día para preparar mis vídeos y editarlos”.

Rusly Cachina España (Oruga)

Asegura que su trabajo en redes no tiene nada que ver con el de una influencer al uso, que a ella le duele y le cuesta prepararse mentalmente cada vez que se pone delante de su cámara. «Porque siento cómo la gente racializada que vive en Europa me da la espalda constantemente. Sentir ese desamparo por parte de la gente negra, y queer, es duro de asimilar. A veces me derrumbo». ¿Y las personas españolas blancas LGTBIQ+? «Me hacen caso cuando digo lo que quieren escuchar», afirma con rotundidad. «La invisibilización que sufrimos las personas queer racializadas en España afecta a nuestras relaciones en todos los sentidos. Queda mucho por hacer. Porque en ocasiones sufro transfobia incluso por personas del colectivo«.

«La invisibilización que sufrimos las personas queer racializadas en España afecta a nuestras relaciones»

El suyo es un viaje sin retorno, y muy comprometido. Y si decidió ponerse Oruga cuando creó su cuenta en TikTok tiene un porqué claro: «Estoy constantemente en plena metamorfosis», explica. «Empecé como un pequeño gusanito, y ahora que he realizado la transición social, la única que he hecho, hay que conocerme para ir viendo mis colores y finalmente verme volar».

Parte de ese vuelo supondrá la materialización en este 2025 de su primer libro, Adivina quién soy yo, para el que tiene abierto un crowdfunding. «Es un libro principalmente dirigido a adolescentes, basado en hechos reales, en que cuento la historia de dos hermanos gemelos con el deseo de cambiar de género«. No cuesta pensar en lo personal del relato. «Me gustaría que se convirtiera en una herramienta para promover el respeto hacia la diversidad sexual y de género». Como en todo lo que hace, el deseo está claro con sus acciones: construir un mundo más justo e inclusivo.

Rusly Cachina España (Oruga)

FOTOS: GONZA GALLEGO
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