Más Madrid presentó ayer en la Asamblea madrileña una Proposición No de Ley para instar a que el Gobierno Central reforme sus leyes para que las terapias de conversión se consideren delito. La iniciativa también pedía poner a disposición de las posibles víctimas todos los recursos. Sin embargo, la mayoría parlamentaria PP y Vox ha impedido que salga adelante. Desde el partido de Ayuso aseguran que medidas como esta son un ataque a la Iglesia católica y que las terapias de conversión no son una realidad significativa.
«Sí son una realidad, por cierto, la ablación femenina, la venta de niñas para casarlas, el prohibirles que estudien o el borrarles de las competiciones deportivas. Y nada de esto ocurre, ni dentro, ni por culpa de la Iglesia católica, pero ustedes nunca tienen tiempo para denunciarlo”, defendió Mónica Lavín, diputada del PP.
Mi intervención de hoy en la Asamblea de Madrid a propósito de la iniciativa de Más Madrid sobre las terapias de conversión: la izquierda hace guerra civilismo a costa de la libertad religiosa y de conciencia, instrumentalizando la condición sexual; justo en una de las regiones… pic.twitter.com/xsmBBMuOdL
— Mónica Lavín (@mnica_lavin) February 13, 2025
La parlamentaria de Más Madrid encarga de la Proposición No de Ley, Jimena González, expuso que “en al menos tres diócesis de la Comunidad de Madrid tienen lugar, presuntamente, terapias de conversión”. “Están sometidas a extorsiones, chantajes emocionales y amenazas por parte muchas veces de sus propios padres, que casi nunca denuncian porque denunciar que han sido sometidos a estas prácticas puede suponer denunciar a sus propios padres que les obligaron a acudir a ellas. O porque denunciar puede suponer denunciar al sacerdote que conocen desde niños», añadió.
Desde el PSOE han apoyado la iniciativa de Más Madrid. El parlamentario socialista Santiago Rivero, afirmó: “En pleno siglo XXI deberíamos estar todas y todos de acuerdo, salvo los escaños que están por allá arriba, en que este tipo de prácticas son torturas. Y si estamos de acuerdo en que este tipo de prácticas son torturas, aquí se acabó el debate”.
La diputada de Vox Belén González Moreno calificó la proposición como “una imposición ideológica cuyo único objetivo es restringir la libertad y castigar a quienes buscan apoyo”. “Esta iniciativa no solo evidencia su desprecio de la libertad, sino que también refleja la ausencia de empatía y compasión, la frialdad con la que ignoran el sufrimiento ajeno y la falta de humanidad en su manera de concebir el mundo. ¿Cuántas personas, en momentos de incertidumbre y confusión, habrían necesitado una mano amiga en lugar de un dogma impuesto?”, añadió.