La llegada de Trump a la Casa Blanca y sus políticas tránsfobas han avivado el debate sobre los derechos de las personas trans en todo el mundo. Hoy, el Tribunal Supremo de Reino Unido acaba de dictaminar que la definición de “mujer” contemplada en la Ley de Igualdad de 2010 se basa exclusivamente en el “sexo biológico”, y excluye así a las mujeres trans.
Todo comenzó en 2018, cuando el grupo de feministas transexcluyentes For Women Scotland (FWS) denunció al Gobierno escocés por incluir a las mujeres trans en sus cuotas de género para las juntas directivas del sector público. Ahora, siete años después, los cinco jueces del Tribunal Supremo han fallado a favor de FWS y sentencian que los términos «mujer» y «sexo» en la ley de Igualdad de 2010 se refieren a una mujer biológica y al sexo biológico.
Sin embargo, Patrick Hodge, vicepresidente del Tribunal Supremo, ha aconsejado “no leer esta sentencia como un triunfo para uno o más grupos de nuestra sociedad a expensas de otro”, y afirma que las personas trans también están protegidas por la Ley de Igualdad: “Las personas trans tienen los derechos que conlleva la característica protegida del cambio de sexo”.
Desde la asociación británica TransActual, aseguran que la comunidad trans está “devastada”. “Independientemente de la letra pequeña de esta sentencia, la intención parece clara: excluir en gran medida a las personas trans de participar en la sociedad de Reino Unido. Esta mañana, nos sentimos muy solos”, ha declarado Jane Fae, directora de la asociación.
A pesar de que Hodge ha advertido que esta resolución no es ningún “triunfo”, varias mujeres de FWS se han concentrado a la salida del Tribunal Supremo y han celebrado con champán la sentencia. El grupo transexcluyente consiguió recaudar casi 270.000 euros para financiar su lucha en los tribunales. Para sorpresa de nadie, la autora de la saga de Harry Potter, J.K. Rowling, fue una de las principales contribuidoras y donó más de 80.000 euros.