Pequeñita pero matona. Es la primera sensación que te da cuando estás frente a Bridie Monts-Watson, que ha elegido como nombre artístico SOAK. Su tono grave y su actitud reflexiva no hacen pensar que estamos ante una joven de 18 años, pero sí. Y no es tan matona. “El tono melancólico del disco refleja bastante cómo soy, una persona tranquila y más bien reservada”.
También fue una artista precoz. “Empecé a componer a los 13, y al poco empecé a tocar en directo. A los 16 me contactó una discográfica y entonces vi que esto iba en serio”, cuenta muy seria. “Estaba estudiando música y me echaron por rebelde, lo agradecí. Me hablaban de las Dixie Chicks y de cómo mostrarse elegante en un escenario, todo eso no iba conmigo”.
“A MIS PADRES LES CONTÉ CON TOTAL NATURALIDAD QUE SOY GAY, NO ES LO MÁS IMPORTANTE EN MI VIDA”
Le cuesta entender que a raíz de publicar su primer álbum, Before We Forgot How To Dream, la hayan empezado a comparar con artistas como Lykke Li, Cat Power o St. Vicent [de quien ha versionado Digital Witness]. “Aún hay periodistas más perezosos, que directamente me comparan con Joni Mitchell por el hecho de ser una cantautora que toca la guitarra”, afirma cortante. Si le preguntas por solistas femeninas que le encanten, no duda: “Laura Marling y Kaki King. Y Beyoncé, la más cool de todas”.
No oculta que es lesbiana, igual que no niega que es skater. Pero no quiere que se convierta en la única característica que se resalte de ella. “Soy demasiado joven para ser un ejemplo para nadie”, y por una vez ríe. “Tengo claro que es positivo que sea abiertamente homosexual, lo que pasa es que para mí ha sido algo normal siempre, se lo conté a mis padres con total naturalidad y no es lo más importante en mi vida. Por eso no quiero que sea algo que se utilice para venderme”.
SOAK. ACTUARÁ EL 20 DE OCTUBRE EN BARCELONA (LA 2 DE APOLO) Y EL 21 DE OCTUBRE EN MADRID (BOITE).