PEP son las siglas en inglés de Post-Exposure Prophylaxis o Profilaxis Postexposición. También se utiliza PPE por las siglas en español. A no confundir con la PrEP, que está destinada a personas que puedan estar expuestas al virus del VIH, la PEP es un tratamiento indicado para alguien que acaba de estar en contacto con el virus.
¿Cómo funciona la PEP?
Se trata de un medicamento antirretroviral que debe tomarse lo antes posible tras mantener un contacto de riesgo con el virus del VIH. Su eficacia está demostrada si se comienza a tomar en las 72 horas posteriores a dicho contacto, aunque no se trata de un medicamento 100% eficaz, su efectividad puede superar el 80% si se toma pronto.
Por lo general, la PEP consiste en una serie de pastillas que deberás tomar una o dos veces al día durante un mes tras el contacto, siguiendo las instrucciones del tratamiento de tu médico. Estas pastillas funcionan bloqueando la propagación del VIH en tu organismo y ayudarán enormemente a evitar el contagio.
El tratamiento con PEP tiene por lo general pocos efectos secundarios más allá de cansancio, nauseas o el dolor de estómago típico al tomar medicamentos.
Hay que insistir en que se trata de un tratamiento exclusivamente para emergencias, que en ningún caso sustituye la protección habitual a través de preservativos o mediante el uso de PrEP.
¿Cuándo debes utilizar la PEP?
Hay tres casos en los que un tratamiento con PEP es recomendado:
- Cuando has mantenido relaciones sexuales -ya sean orales, anales o vaginales- sin utilizar protección, o el preservativo se ha roto o estaba mal colocado y, además, lo has hecho con una persona infectada por VIH o que desconoce su estado.
- Cuando has sido agredido sexualmente
- Cuando has compartido elementos que entren en contacto con sangre o mucosas como agujas con una persona infectada por VIH o que desconozca su estado.
¿Cómo debes proceder para solicitar la PEP?
Salvo en el caso de una agresión sexual, donde lo recomendado es no realizar absolutamente nada y acudir inmediatamente al hospital, en el resto de casos se recomienda, primero, lavar la zona expuesta con agua y jabón y, posteriormente, acudir a un servicio de urgencias hospitalario. Aunque la PEP ha demostrado su eficacia en las primeras 72 horas tras el contacto, la mejor ventana de aplicación está en las 6 primeras horas tras el contacto, cuando su eficacia es mucho mayor.
En el hospital, un médico hará un diagnóstico de tu situación y, en caso de ser necesario, te suministrará el tratamiento de PEP. En España, se trata de unos medicamentos cubiertos por el sistema nacional de salud. Además, se distribuyen gratuitamente en las farmacias hospitalarias a todas las personas en riesgo, tengan o no tarjeta sanitaria.
Es posible que los fármacos de la PEP sean los mismos que algunas personas con VIH utilizan para su tratamiento, pero nunca deberías sustituir el tratamiento de PEP por estas medicinas, ya que en algunas ocasiones incluyen antirretrovirales que no están indicados para la PEP.
¿Qué sucede tras el tratamiento de PEP?
Es fundamental mantener un seguimiento médico durante y tras un tratamiento con PEP. Si la persona con la que has mantenido relaciones desconocía su estado, puede hacerse un test, tras el cual, si es negativo, un facultativo puede aconsejar suspender el tratamiento con PEP.
El control posterior es también necesario, y se deberán realizar por lo menos dos pruebas de VIH posteriores al tratamiento: una entre 4 y 6 semanas posteriores al contacto, y otra 3 meses después. En algunos casos, el médico recomendará una tercera prueba 6 meses después.