Gerard Mínguez: "Los actores de musicales somos deportistas de élite, pero no se nos está tratando como tales"

Temas: Entrevista, Gay, Musical, Ricky Merino

De origen catalán pero afincado en Madrid desde hace años, Gerard Mínguez ha trabajado en múltiples musicales en la capital, como Mamma mia!, Hoy no me puedo levantar o Ghost, donde conoció a su pareja, Ricky Merino. Actualmente, le podemos ver en El fantasma de la Ópera, y en breve empezará en la nueva producción de Cabaret que prepara el Teatro Albéniz.

Quedamos con el actor en el céntrico Ocean Drive Madrid para hablar de sus proyectos profesionales, su relación con Ricky y el estado del teatro musical en Madrid, entre otras cosas.

«Yo siempre me he catalogado como el novio de Ricky»

SHANGAY ⇒ ¿Te da miedo que te cataloguen como el novio de Ricky a nivel mediático?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Bueno,  yo siempre me he catalogado como el novio de Ricky, porque no me considero una persona mediática. Me da un poco de vértigo el momento mediático. Entonces, prefiero diferenciar. Yo a él le llamo Ricardo, ni siquiera le llamo Ricky. Yo estoy con Ricardo, Ricardo Luis Urdiales…, y luego está Ricky Merino.

SHANGAY ⇒ La última vez que viniste a Shangay estabas en una trieja. ¿Cómo ha sido el cambio a una relación monógama?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Ha sido de lo más natural, porque al final cada relación tiene sus acuerdos, sus direcciones y sus maneras de trabajar. Hay gente que me dice «tiene que ser complicado llevar una relación a tres»… Pues igual de complicado que tener una relación con una sola persona. Al final es una cuestión de escucha, de acuerdos, de respeto, de fidelidad, sintiendo lo que para cada uno sea la fidelidad y de mucho amor.

SHANGAY ⇒ ¿Volverías a tener una relación de ese tipo?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Es que, sinceramente, no me veo con otra persona que no sea Ricardo.

SHANGAY ⇒ ¿Qué metas tienes a nivel profesional?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Me gustaría seguir haciendo teatro musical y llegar a un punto en el que las cosas me salieran de primeras. Poder ir a una audición con esa seguridad de decir «esto es para mí». Estoy empezando a descartar algunos proyectos, algunas audiciones, porque digo: «Yo aquí no encajo, ya no voy a hacerle perder el tiempo a nadie ni lo voy a perder yo».

SHANGAY ⇒ Madrid se ha convertido en una plaza importante en el mundo del teatro musical. ¿Cómo lo vives desde dentro? No te faltará trabajo…
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Sabes qué pasa, que muchas veces te dicen «tío, no paras», pero sí que paro. A lo mejor la imagen que tienes de mí es que no paro, pero llevo seis meses sin trabajar. Y esto sigue sucediendo, y quien dice seis meses dice dos años… Pero sí, es un buen momento porque está bien que haya mas opciones. Tenemos producciones muy nuevas y una oferta que hace años no se podía ver, por ejemplo, The Book of Mormon. Nadie apostaba por esta producción, y ahora van a hacer una tercera temporada. La gente que va a estas producciones empieza a decir «hala, pues esto es muy guay, voy a probar a ver otra cosa».

«Es una profesión muy difícil, y el cuerpo me empieza a decir basta»

SHANGAY ⇒ ¿Te ves viviendo toda la vida del teatro musical?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ La verdad es que no me veo haciendo otra cosa, pero es tan difícil…, y el cuerpo me empieza a decir basta. Releo los contratos que me llegan y pienso que, después de veinte años, estamos igual de mal. Es una profesión tan dura y precaria… Es verdad que ha aumentado la oferta de musicales, pero hemos avanzado tan poco en condiciones laborales… Creo que no está pagado ni valorado por parte de las productoras. Se nos llena mucho la boca al decir que somos «deportistas de élite»… Vale, somos deportistas de élite, pero no se nos está pagando ni se nos está tratando como tales.

SHANGAY ⇒ ¿Qué condiciones crees que deberían cambiar primero?
GERARD MÍNGUEZ ⇒ Como en todos los gremios, los sueldos. Ya sabemos que, en general ,estamos en un momento en que los sueldos no se corresponden, pero es que en el teatro musical apenas ha subido. Hay muchas cosas que habría que tocar en un convenio que está totalmente obsoleto. Pero sobre todo los sueldos, porque yo no puedo dedicar el sueldo tan bajo que tengo a formarme en tres disciplinas distintas para estar a tope ocho días a la semana, firmando un mínimo de nueve funciones. Y luego, sobre la conciliación familiar, hay empresas que directamente no la contemplan y encima lo admiten. De verdad, hay cosas que rozan lo ilegal.