Seis destinos para seguir manteniéndote en forma (y sin pausa) durante este verano

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Las vacaciones pueden ser ese momento en que te conviertes en amante de la tumbona y del buffet libre… o en una versión más feliz de ti mismo, sin renunciar a la fiesta, ni a la siesta ni a sentirte genial por dentro y por fuera. Porque seamos honestos: volver a casa rodando no es tan divertido como regresar con energía, buen color y ese glow que dice “me lo he pasado increíble (y lo sabes)”.

La clave no es sufrir, sino encontrar tu flow. ¿Tienes mar cerca? Nada un poco y cuenta el chapuzón como cardio. ¿Estás en la montaña? Pues sube con ritmo,con buen paisaje de fondo y tu diva favorita en los cascos. ¿Te va más la marcha? Saca la pala de pádel, el kayak o haz una coreografía digna de videoclip antes de salir. Y sí, también se come rico sin acabar abrazado a la fritanga. Alojamientos como Paradores te cuidan con sabor local, ingredientes frescos y platos que te harán pensar que la abuela se ha metido en la cocina, pero con estrella. Y además de comer bien, en ellos hay buenas instalaciones deportivas y, por sus variadas ubicaciones, en playa, montaña o zona urbana, son propicios para la práctica de multitud de actividades al aire libre.

Así que olvídate de la culpa, mete en la maleta tus sneakers, tus cascos y esa energía bonita. Este verano es para vivirlo al máximo, cuidarte sin darte cuenta y volver con historias, risas… ¡y sin necesidad de hacer detox!

El mar como gimnasio

Si creías que Cádiz era solo atún rojo y flamenco… ¡te falta calle y pedal! Porque esta ciudad tiene otra cara, más vibrante y activa, perfecta para recorrerla con ritmo. Desde el moderno Parador de Cádiz –plantado a pie de playa y con atardeceres de postal– puedes alquilar una bici y lanzarte a explorar el casco antiguo, pedalear por La Caleta o dejarte llevar por la brisa en la Alameda Apodaca al caer la tarde.

¿Y por qué en bici? Porque el Parador es bike friendly total: tiene todo lo necesario para los ciclistas. Pero si lo tuyo es el agua, Cádiz te lo pone fácil: kayak, surf, paddle surf… ¡Aquí moverse da gusto! Y al volver, el gimnasio, el spa o la piscina te esperan para relajarte como te mereces. ¿El broche? Una cena con sabor a mar frente al Atlántico. Cádiz en modo wellness… y con mucho arte.

Lujo entre pinos y dunas

¿Fan del fútbol (o de los futbolistas)? Entonces este plan es para ti. El Parador de El Saler no solo es un paraíso mediterráneo en plena naturaleza, también es templo del balompié gracias a su Football Training Center, donde entrenan equipos profesionales y donde puedes mantenerte en forma como una estrella… o al menos intentarlo entre sesión y sesión.

¿Te cansas? No pasa nada: la playa está a un paseo, el amanecer es de postal y la paella, de las que se recuerdan. ¿Eres más de golf? Pues toma nota: aquí está uno de los mejores campos de Europa en calidad-precio, ¡y puedes practicar tu swing entre dunas y mar! Y para redondear el día: arroz meloso, vino blanco local, spa, masajes y… ¡Valencia por la noche! Porque sí, también hay tiempo para bailar.

Yoga, gimnasio y playa privada. Sí, privada

No estás soñando: aquí también tienes tu propia playa escondida, lejos del ruido y lista para ti. Ideal para una carrera al amanecer, un paseo zen o un chapuzón que te despierte mejor que un café. Este rincón es tan especial que hasta puedes hacer yoga en el jardín o sobre la arena, con el mar como banda sonora.

¿Te va más el rollo gimnasio + cóctel? También es posible. Y con esas vistas al océano desde la terraza… cuesta no quedarse a vivir. Porque al Parador de Mazagón se viene a cuidarse y a saborear la vida. ¿Y si te digo choco frito, gambas de Huelva y jamón ibérico? Pues eso. Eso sí, sal del Parador aunque te cueste: estás en Doñana. Flamencos, marismas, kayak, paddle surf… ¡el verano te espera con los brazos abiertos!

Un rincón que parece del fin del mundo

Si te dicen que hay una pista de pádel con vistas al mar… ya estás tardando en hacer la maleta. Y si además te cuentan que el gimnasio también se asoma al Mediterráneo, con esas vistas de escándalo, ¿cómo resistirse? El Parador de Mojácar lo tiene todo: piscina para chapotear a gusto, gambas de Garrucha que saben a gloria y un restaurante que es puro disfrute. Ah, y a un paso, un pueblo blanco de los que enamoran.

Pero lo mejor de todo es tener el Cabo de Gata tan cerquita. Un paraíso de calas cristalinas y playas salvajes donde puedes bucear, pedalear, remar en kayak, volar con el kitesurf o simplemente dejarte llevar por el ritmo del verano. Aquí se respira libertad, aventura y ese aire bohemio que te hace sonreír sin motivo.

La historia a tu ritmo

¡Hora de cambiar el chip! Dejamos atrás las olas y la arena para adentrarnos en el corazón de Castilla, donde el ritmo baja y el alma respira. En el Parador de Tordesillas te espera una elegante casa castellana rodeada de historia, naturaleza y sorpresas. Aquí estuvo encerrada Juana I de Castilla, apodada “La Loca” por su padre (menuda familia), y aquí también se repartieron el mundo España y Portugal. ¿Aburrido? Para nada. Visita la Casa del Tratado, el Monasterio de Santa Clara o déjate sorprender por arte urbano inesperado.

¿Eres más de acción? Cerca encontrarás karting, quads, paintball, golf ¡e incluso vuelos en aeródromo! Si prefieres algo más tranquilo, lánzate a caminar por la ruta del Duero o navega por el Canal de Castilla. ¿Y para el brindis final? Rueda, Toro, Ribera o Cigales. Tú eliges la copa… y el motivo para celebrarlo.

Lleida: deporte con vistas a la ciudad

No todos los días puedes sudar la camiseta en un antiguo monasterio del siglo XVII con vistas panorámicas de una ciudad como Lleida. El Parador de Lleida lo hace posible: su gimnasio, en la parte más alta del edificio, te regala un skyline de postal mientras corres, pedaleas o levantas pesas. Un despertar de lujo para activar cuerpo y mente.

Tras la sesión, prepárate para un desayuno de campeones y platos típicos que hacen salivar: caracoles, xatonada, arroz “a la llauna”… ¡y no olvides los quesos y embutidos locales! ¿Con energías renovadas? Entonces explora la majestuosa Seu Vella y después lánzate a la aventura en la Sierra del Montsec: un paraíso jurásico con trekking, barrancos, escalada, vía ferrata y más. Spoiler: este verano no hay espacio para el aburrimiento.