Menudo año lleva Samantha Hudson. Acaba de lanzar su nuevo álbum, Música para muñecas, canta junto a Luis Miguélez el himno del Orgullo 2025, una nueva versión de Gritando amor (para celebrar el 20 aniversario del matrimonio igualitario), y ha recibido un premio MADO Madrid Orgullo por ser todo un icono queer visible.
La Samantha Hudson que nos encontramos ahora es muy distinta a la de ocasiones anteriores. Aunque le cuesta aceptarlo, es una mujer y una artista más madura, y su discurso también ha evolucionado. Lógicamente, por otro lado. Es una de las estrellas indiscutibles de este Orgullo de Madrid por muchos motivos, y de todos ellos hablamos con ella.

Vestido CHIARELLA Sandalias CHRISTIAN LOUBOUTIN
SHANGAY ⇒ ¿En qué momento estás?
SAMANTHA HUDSON ⇒ [Canta por Nebulossa] “Estoy en un buen momentooo…” [risas]. La verdad es que estoy en una buena etapa. Al menos, es una etapa consciente. Siento que desde que irrumpí en la escena, tanto en 2015, cuando Samantha Hudson nació, como en 2020, he vivido una serie de experiencias muy gratificantes, y también muy rotundas. Ahora mismo estoy saliendo de una etapa disociativa muy grande. Le estoy dando a mis emociones el espacio que necesitan, y teniendo conciencia de cada momento que vivo. Estoy satisfecha, porque he sacado Música para muñecas, mi tercer álbum, y eso me hace feliz. Aunque también sé que el mundo es un lugar terrible, da miedo y es feo…, no como yo [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Qué ha hecho falta para que liberes tus emociones?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Un año en terapia hormonal. Parece una bobada, pero es que siempre he tenido una manera de operar lógica y pragmática, muy alejada de lo sentimental. Ha sido positivo porque me ha ayudado a llegar a conclusiones de una manera muy rápida, pero, claro, el objetivo es llegar a un equilibrio, ¿no? Y es un paso que me había saltado. Cuando te olvidas de lo emocional, te falta una parte indispensable para comprender todo lo que te sucede. Ese chute de estrógenos me ha hecho conectar de manera involuntaria con mis emociones, y de repente me arrollan como un camión conducido por una divorciada enfurecida. Comencé a hacerme preguntas que no me había hecho antes, o no me apetecía hacerme. He encontrado respuestas bastante provechosas, y también nuevas incógnitas que me han colocado en otro lugar.
“Love is love” no es una consigna que haya que gritar en 2025, ¿vale? Hay que seguir construyendo más allá»
SHANGAY ⇒ ¿Puedes compartir alguna de esas preguntas que has terminado respondiéndote?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Una era muy sencilla y difícil al mismo tiempo: “¿Cómo te has sentido?”. Parece una bobada, pero es algo que jamás me había preguntado en ningún momento: “¿Cómo te hizo sentir la controversia que te vio nacer?”, “¿cómo te ha he hecho sentir la persecución por parte de partidos políticos de extrema derecha o instituciones católicas?”, “¿cómo te ha hecho sentir la exposición mediática tan contundente a la que te has expuesto desde que eras una adolescente?”, “¿cómo te ha hecho sentir la presión de una industria inclemente con exigencias inasumibles?”… Son preguntas sencillas, pero llegar a ellas ha sido complicado.
SHANGAY ⇒ ¿Y cómo te sientes al vivir una transición pública?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Desconcertada [risas]. Mi transición siempre ha sido algo muy natural y orgánico, nada doloroso para mí. Siempre lo he hecho todo desde la euforia de género, no desde la disforia, y eso me lo llevo. Pero es un camino un poco complicado, porque te enfrentas a muchas contradicciones. De repente eres una persona querida por la gente a la que admiras y valoras, pero también eres una persona odiada por grupúsculos que te sitúan como una diana clara de una verborrea incesante de sapos, culebras y demás criaturas del averno. Me siento convulsa y efervescente, como una pastillita con sabor a naranja.
SHANGAY ⇒ ¿Contenta de mostrar esta transición eufórica a quienes te quieren?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Diría que sí. ¿Soy feliz? Pues no lo sé, pero estoy trabajándolo, descubriéndolo y abriéndome en canal. No de manera literal, claro, ¿te imaginas el estropicio? [risas y chillidos].
«Mi transición siempre ha sido algo muy natural y orgánico, nada doloroso para mí»
SHANGAY ⇒ En Música para muñecas, más allá de su euforia bailable, nos metemos en tu cabeza…
SAMANTHA HUDSON ⇒ Es innovador en cuanto a mi carrera musical. Siempre había tenido un tono muy irónico y sarcástico, porque mi sello personal es la irreverencia y los temas que he abordado han sido muy variados, desde el desparrame hasta temas quizás más sociales y políticos, siempre desde un prisma de bufonería y diversión. Por primera vez, estoy un poco sensible e intensa. La consecuencia de mi proceso personal es este álbum, en el que por primera vez hablo de cómo me siento de una manera honesta. Este disco ha sido muy sanador.
SHANGAY ⇒ Suenas muy cantautora…
SAMANTHA HUDSON ⇒ Desde luego. Jamás diré que esta es mi etapa madura ni nada por el estilo, porque creo que es algo que dicen los grupos cuando están en el ocaso de su carrera, y eso no me lo puedo permitir. Uno, porque tengo 25 años, y dos, porque esto acaba de empezar. Porque me habéis visto desde que tenía 15 y mi propuesta no está envejeciendo sino madurando.

Vestido JENNY IN IBILAND Brazaletes GIVENCHY VINTAGE
SHANGAY ⇒ Desde el título dejas claro a quién va dirigido tu discurso y tu disco. ¿Quiénes son esas muñecas a las que se lo dedicas?
SAMANTHA HUDSON ⇒ En primer lugar, a las muñecas de mi entorno. A las personas queer y mujeres trans que habitan mi círculo cercano, y que también participan de mi propuesta. Todas me inspiran, tanto a nivel artístico como personal. Hay algo muy poderoso en generar espacios que, aunque pueda parecer que te apartan del mundo, resultan un consuelo fundamental para poder resistir a todas las tropelías a las que me expongo en el día a día. Es hermoso ver que no estás sola y que estás rodeada de esas muñecas. Luego, por supuesto, está dedicado a todas esas estrellonas que constituyen una constelación fantástica y mitológica en la que yo, otra superestrella, encuentro el sentido a todo. En esa comunidad encuentro una razón de ser; en esa lucha, ese orgullo, esa frivolidad, esa trascendencia; y en ese sufrimiento también.
Ver galería









SHANGAY ⇒ Disforia es una de mis canciones preferidas del disco. ¿Qué querías contar en ella?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Es una de las más importantes. En ella hablo del síndrome de vivir en una ciudad inclemente que te hace muchas promesas y, cuando te quieres dar cuenta, te ha masticado y escupido seis veces… Hablo de muchas problemáticas que atraviesan la experiencia de una persona disidente, ¿no? Pero en todas ellas el punto de partida es precisamente la identidad. Es poderosa porque no hablo de un sufrimiento en primera persona. No hablo de la disforia como algo que haya padecido, sino como algo que los demás quieren que padezca. Por eso digo “mi género es una poesía que no cabe en su alfabeto clínico”. Cambio la culpa, la vergüenza y la responsabilidad al otro bando, que es el que tiene el problema. Quienes vivimos en los márgenes no somos responsables de padecer todos esos sentimientos tan feos, que son la consecuencia de un esquema rígido, restrictivo, estanco y binario. ¿Acaso no es igual de performativa su expresión de género que la nuestra?
«Tengo que desprenderme del miedo a defraudar a la gente»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo te enfrentas a los comentarios de fans que dicen que como estás en una posición de privilegio ya no hablas de la disidencia desde el mismo lugar?
SAMANTHA HUDSON ⇒ No me molestan .Comprendo que la gente pueda pensar lo que se le antoje, y yo no voy a cargarme con esa mochila. Estoy abierta a escuchar cualquier crítica, y la aceptaré si la considero razonable. Siempre estaré dispuesta a rectificar si me equivoco, porque siempre me he esforzado por ofrecer un punto de vista lo más crítico posible. Pero, claro, tampoco soy una divinidad con un comportamiento perfecto al cien por cien. Es un trabajo muy grande el que tengo que hacer para desprenderme del miedo a defraudar a la gente.
SHANGAY ⇒ ¿Todavía lo tienes?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Sí, y lo tendré siempre. Me preocupa pensar que me podría convertir en una persona que nunca quise ser… A la vez, no me preocupa que la gente me vea distinta; es natural, porque la vida que tengo es diferente, las experiencias que me atraviesan son otras. No puedo volver atrás.
SHANGAY ⇒ ¿Ya no te permites volverte loca en público?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Me permito volverme loca siempre. Lo que ha cambiado es cuándo lo hago y de qué manera. La gente más fiel se acordará de esa Samantha del 2020, de la Filomena, de la pandemia, esos stories con el maquillaje corrido, la peluca llena de grasa… Entiendo que lo echen de menos, me he dado cuenta de que no debo compartir todo con todo el mundo. Tal vez esté bien que esa Samantha loca y desquiciada sea una cosa de la que disfruten exclusivamente mis amigas. Porque en el contexto político que vivimos podría ser un arma de doble filo, y no sé si estoy dispuesta a asumirlo, así que me ando con pies de plomo.

Total look DOMINICCO
SHANGAY ⇒ En los premios MADO Madrid Orgullo te han reconocido como referente queer… ¿Cómo te sentiste?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Nunca me tomo los premios demasiado en serio, y el de MADO tampoco. Es significativo y tiene sus puntos positivos, pero, claro, una se siente extraña, porque un galardón es algo simbólico. Al final, no me gusta tomarme en serio ni las cosas buenas ni las malas.
SHANGAY ⇒ ¿Qué supone para ti interpretar junto a Luis Miguélez el himno del Orgullo de Madrid, una versión del clásico de McNamara Gritando amor?
SAMANTHA HUDSON ⇒ Me ha hecho mucha ilusión. Es una canción que siempre me ha transmitido muchísimo, y encima sirve para conmemorar el veinte aniversario del matrimonio igualitario, que marcó un antes y un después, fue un hito en cuestión de derechos. Aunque yo piense que el matrimonio es una institución podrida, que se aprobara fue una manera de decir “oye, ¿habéis pensado que tenéis esto y nosotros no? Dadle una vuelta”. En cuanto a la canción, estar en ella con Luis Miguélez es un placer para mí, y haber incorporado a La Diega, la productora de Música para muñecas, de AOVE Black Label y una gran amiga, es algo excepcional. Me ha gustado participar en esta canción porque tiene una connotación más allá de lo romántico. Para mí también representa el amor a las amigas, esos vínculos que creas como resistencia, y también el amor a ti misma. De respetarte y saber plantarte, y decir “no va a haber una regresión y no vamos a dejar de existir, porque me quiero, amo a la gente a mi alrededor y lo que hemos conseguido”. “Love is love” no es una consigna que haya que gritar en 2025, ¿vale? Hay que seguir construyendo más allá.
Ver galería









FOTOS: SALVA MUSTÉ
ESTILISMO: JOSÉ HERRERA
MAQUILLAJE Y PELO: ÁLVARO SANPER PARA I.C.O.N. SPAIN
VÍDEO: PABLO CARRASCO DE JUANAS
EL ÁLBUM MÚSICA PARA MUÑECAS DE SAMANTHA HUDSON ESTÁ EDITADO POR SUBTERFUGE