La Universidad George Mason se unió a Online Buddies (los dueños de Manhunt y Jack’d) para realizar la mayor encuesta científica sobre hábitos sexuales gays. Los investigadores testaron a 24.787 hombres homosexuales y bisexuales en edades comprendidas entre 18 y 87 en EE UU. Entre los resultados, uno de los hallazgos más curiosos fue el que señalaba que los hombres gays practican poco sexo con penetración. Solo el 33,8% de los encuestados habían practicado el coito anal con penetración en los últimos 30 días.
Por otra parte, la encuesta no científica de about.com indicó que de su muestra de 8.000 encuestados solo el 29% de los hombres homosexuales practicaban la penetración cuando tenían relaciones sexuales.
Los entendidos en la materia han detectado cuáles son los problemas más comunes a la hora de rechazar la penetración:
En el caso de los sujetos pasivos de la relación sexual, el dolor que pueden llegar a sufrir –derivado de la imposibilidad de relajarse– y la obsesión por la higiene y el miedo a manchar suelen ser sus dos principales reticencias a la hora de rechazar la penetración.
¿Cuáles son los conflictos de los activos a la hora de enfrentarse al sexo anal? Pasa página
Los activos, por su parte, además de enfrentarse a los conflictos de poder causar dolor a su pareja y al higiénico –en este caso, ser manchado– también tienen que lidiar con la lucha por mantener su erección (ya sea porque se les baja cuando se colocan el preservativo, por la incapacidad de poder penetrar a su pareja…) y a otros pensamientos negativos habituales: no voy a tener suficiente aguante, mi pene no es lo suficientemente grande, mi pareja me comparará con otros chicos, voy a decepcionarle, me juzgará y se lo dirá a todo el mundo, voy a eyacular demasiado pronto, voy a tardar una eternidad en eyacular…
Sea cual sea la causa de nuestra ansiedad, relativizar y pensar que estos obstáculos para las relaciones sexuales con penetración son compartidos con el resto de individuos debería ayudarnos a relajarnos y a controlar nuestra angustia. La penetración no es una obligación, pero si nos gusta lo mejor es tranquilizarse y disfrutar.
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