Madonna no tiene que demostrar a estas alturas su compromiso con la lucha contra el VIH/sida, porque su visibilidad y su compromiso han quedado claros desde los inicios de la pandemia. Pero se agradece que todos los años recuerde lo importante que es seguir luchando contra el estigma asociado al virus.
El pasado 1 de diciembre, coincidiendo con el Día Mundial del Sida, Madonna sorprendió con un duro post –de lo más cañero– en el que denunciaba la impresentable posición de Donald Trump respecto a esta importante fecha.
La reina del pop cargó contra Trump por su decisión de no reconocer la importancia del 1 de diciembre, incluso obviarla, y no dudó en tildarle de «ridículo». Porque Madonna nunca ha tenido pelos en la lengua, lo sabemos de sobra.

“Hoy es el Día Mundial del Sida. Durante cuatro décadas, este día ha sido reconocido internacionalmente en todo el mundo por personas de todos los ámbitos, porque la vida de millones ha sido afectada por la crisis del VIH”, escribió Madonna. “La gente ha perdido amantes y esposos y esposas y novias y novios y madres y hijas y niños por esta enfermedad mortal, para la cual aún no existe cura”.
Continuaba Madonna en su post: “Donald Trump ha anunciado que el Día Mundial del Sida ya no debe ser reconocido. Una cosa es ordenar a los agentes federales que se abstengan de conmemorar este día, pero pedirle al público en general que finja que nunca ocurrió es ridículo, es absurdo, es impensable”.
Estados Unidos lleva conmemorando el 1 de diciembre como el Día Mundial del Sida desde 1988, pero este año el Departamento de Estado dijo a los empleados del Gobierno que “se abstuvieran de promocionar públicamente” el día en redes sociales, discursos y mensajes públicos. Increíble pero cierto.

Madonna con Martin Burgoyne.
Tras dar caña a Trump por esa decisión, Madonna continuó su publicación mencionando su cercanía con las pérdidas asociadas a la enfermedad, y nombrando a Martin Burgoyne, que fue su compañero de piso y tour manager en sus inicios, y que murió de sida en 1986. “Apuesto a que él nunca ha visto morir a su mejor amigo de sida, sostenerle la mano y ver cómo la sangre drena de su rostro mientras toma su último aliento a los 23 años”, escribió.
Madonna compartió que tenía una lista “bastante larga” de amigos que murieron a causa de la enfermedad, incluyendo a Chris Flynn, su primer profesor de danza, y al artista Keith Haring, quien murió por complicaciones relacionadas con la enfermedad en 1990. “Estoy segura de que muchos de vosotros os identificaréis. Dejadme decirlo una vez más: todavía no existe una cura para el sida, y la gente sigue muriendo por él”, escribió. “Me niego a aceptar que estas personas hayan muerto en vano. Y seguiré honrando el Día Mundial del Sida, y espero que vosotros lo honréis conmigo”.
Siempre valiente y comprometida con la lucha
Merece la pena recordar el gran acto de valentía y compromiso que supuso incluir en 1989, dentro de su álbum Like a Prayer, un panfleto informativo que, en un momento en que nadie se atrevía a hablar públicamente del sida, Madonna hablaba ya de las prácticas de riesgo, en un intento de contribuir a frenar las transmisiones.

Como también merece la pena recordar ese impresionante Live to Tell de su última gira, The Celebration Tour, que puso la piel de gallina a todos los asistentes a sus conciertos, que ya siempre asociarán la genial balada a ese momento de su show en que rendía homenaje a tantas y tantas víctimas fruto de la pandemia. Porque Madonna no concibe que haya quien siga defendiendo el silencio y el estigma, pero la realidad es que existen.


