Nicki Minaj contra las personas trans: ¿Se puede ser una diva LGTBIQ+ si apoyas a Trump?

La rapera despertó una oleada de críticas LGTBIQ+ tras su inesperado guiño de complicidad hacia Donald Trump, que también la enfrentó con figuras públicas como la drag Heidi N Closet.

Nicki Minaj
Nicki Minaj
Ángela Trigueros

Ángela Trigueros

Si se ha escrito un crimen, seguro que he sido yo.

29 diciembre, 2025
Se lee en 3 minutos

Temas: , , ,

Nicki Minaj fue una de esas artistas a las que la comunidad LGTBIQ+ acogió nada más surgir, allá por el año 2010. Su estética excesiva, su frescura irreverente, su libertad creativa y su discurso de empoderamiento conectó al instante con el universo queer, y así, sin hacerle (ni hacernos) demasiadas preguntas, la convertimos en uno de nuestros iconos pop. Pero esta Navidad, nuestra relación con la diva se ha tensado tras una polémica que mezcla política, drag y redes sociales.

El detonante fue la participación de Minaj en una conferencia vinculada al entorno ultraconservador estadounidense, donde dejó clara su simpatía por Donald Trump. «Siento un profundo respeto y admiración por nuestro presidente. No sé si él lo sabe, pero le ha dado esperanza a mucha gente», expresó. A continuación habló sobre los menores trans: «Chicos, sed chicos. Está bien, sed chicos. No hay nada malo con ser un chico. […] Los chicos serán chicos, y no hay nada malo con eso». Un puñalada trapera contra la identidad de las personas trans en particular y, por ende, contra nuestra comunidad, que está en la diana de las políticas trumpistas.

Heidi N Closet

Heidi N Closet

Desde su aparición ha habido un aluvión de críticas contra Minaj. Una de las personas que mejor han sabido expresar nuestro malestar hacia la rapera ha sido la drag Heidi N Closet, concursante de RuPaul’s Drag Race y, sin duda, una de las reinas más queridas del formato. Tanto es así que se ganó por méritos propios el reconocimiento de Miss Simpatía en su temporada. En la red social X, Heidi se refirió a la artista como “MAGA Minaj”, un apodo cargado de ironía pero también de crítica política, ya que MAGA hace referencia al movimiento Make America Great Again, que rechaza por completo la cultura drag y no reconoce a las personas trans. «Así que no eran solo mi cabello y mi maquillaje lo que odiabas de mí”, añadió la travesti. Nicki le contestó, aunque no entró en el fondo del asunto y se limitó a afearle y a corregirle un error gramatical que había cometido en el tuit. Como era de esperar, Internet ardió.

Nicki Minaj en la picota

Más allá del cruce de pullas, el episodio ha reabierto un debate incómodo pero necesario: ¿Qué ocurre cuando una estrella abrazada por el público queer coquetea con discursos o figuras que atacan directamente sus derechos? Para muchas personas LGTBIQ+, no se trata de diferencias de opinión, sino de supervivencia política.

La reacción no ha sido unánime. Mientras parte de sus seguidores minimizan el asunto apelando a la libertad ideológica, otras voces recuerdan que el apoyo a líderes con agendas anti-trans y anti-queer tiene consecuencias reales. No es solo una cuestión de imagen pública, sino de responsabilidad cultural.

Nicki Minaj nunca ha sido una artista sencilla de encasillar. Su relación con la comunidad queer ha estado llena de claroscuros, y este capítulo parece ser un punto de inflexión. El choque con el universo Drag Race, símbolo global de visibilidad y resistencia LGTBIQ+, no es anecdótico: refleja una fractura más profunda entre cultura pop y política.

En un momento en que los derechos del colectivo vuelven a estar en el centro del debate internacional, cada gesto cuenta. Y aunque nadie le exige a una artista que sea activista, la pregunta queda en el aire: ¿Se puede seguir siendo icono queer mientras se flirtea con quienes ponen en peligro a la comunidad que te sostiene?

 

Shangay Nº 581
Portada de la revista Anuario 2024
  • Diciembre 2025
Shangay Voyager Nº 44
Portada de la revista Shangay Voyager 44
Anuario 2024
Portada de la revista Anuario 2024
  • Diciembre 2024