Hace dos días que apareció en YouTube y ya tiene casi dos millones de visitas. Después de ponerle música al taquillazo 50 sombras de Grey y darnos junto a Ariana Grande uno de los mejores duetos pop de los últimos tiempos, Abel Tesfaye –o mejor dicho, The Weeknd– da el salto a la liga del pop para masas con Can’t Feel My Face, canción de la que acaba de presentar el videoclip oficial. The Weeknd está, literalmente, que arde.
Reminiscencias más que obvias al rey del pop, una melodía adictiva y una letra pegadiza pero que no pierde la esencia decadente característica de Tesfaye (paralelismos, personificaciones y equívocos entre una mujer y una droga a las que está enganchado y a las que no quiere abandonar: “Sé que ella será mi muerte, al menos ambos estaremos adormecidos”) han sido suficientes para crear el single que está arrasando este verano en las listas de todo el mundo. Todo esto gracias a la presencia del productor que marca los tempos en el mundo del pop, Max Martin.
El videoclip, dirigido por Grant Singer –detrás de otros debuts en el mainstream como el You’re Not The One de Sky Ferreira–, se presenta lleno de metáforas y significados ocultos. The Weeknd canta y baila con empeño ante una audiencia que permanece impasible y aburrida ante el artista; cuando a mitad de actuación aparece el misterioso personaje que cerraba su videoclip para The Hills, su anterior single, una especie de encarnación del mismo Demonio, que le lanza un encendedor que hace que The Weeknd empiece a arder, lo que desata la locura del público que ahora baila fervoroso al ritmo de Tesfaye.
¿Es quizás este vídeo una alegoría del paso de The Weeknd de un r’n’b al margen de la radiofórmula a la gran maquinaria de la música comercial? ¿Es una reinterpretación pop del mito de Fausto? ¿Quiere hacer ver The Weeknd a sus fans más alternativos que él también siente que ha vendido su alma al diablo al más puro estilo de un Dorian Gray que nunca ha escondido su anhelo de fama?
Mientras que la crítica le aclama por este movimiento, una gran parte de los seguidores que conocieron al canadiense de origen etíope en 2010 con sus primeros mixtapes lamentan esta evolución de The Weeknd en superestrella del pop que deriva directamente de Michael Jackson; tal y como, por ejemplo, la propia Ariana Grande fue vendida como la nueva Mariah Carey o Lady Gaga la nueva Madonna, etiquetas que aún siguen inherentes en su trayectoria. “Los niños de ahora, ya sabes, no tienen un Michael Jackson. No tienen un Prince. No tienen una Whitney. ¿Quién más está ahí? ¿Quién más puede conseguirlo en este punto”, declaraba en una entrevista a The New York Times.
La entrevista, titulada ¿Puede The Weeknd transformarse en la mayor estrella del pop del mundo?, recoge la respuesta a todas estas cuestiones que quedan abiertas: “Quiero ser absolutamente el más grande del mundo”.
Su nuevo álbum, Beauty Behind The Madness (Belleza detrás de la locura), se estrena a finales de verano.