“Iba caminando por Church Street a casa de un amigo cuando se me acercó un niño de 12 años y dijo que iba a matarme”. Es de suponer que cuando un crío te dice algo así, no tienes muy en cuenta sus palabras. Pero todo cambió cuando Joseph Smith sacó de su bolsillo una pistola y disparó 7 veces a Shandebine por el simple hecho de ser transexual.
Entre insultos homófobos, Orlando no se vistió de luto el pasado 30 de julio por falta de puntería. “No sé quién era este individuo, empezó a dispararme y perseguirme”, ha contado la víctima a News 13. El niño, posteriormente identificado como Joseph Smith, fue arrestado de inmediato y acusado de intento de homicidio y rodo de arma de fuego. La pistola, robada, fue encontrada en un campo cercano a la escena.
No sabemos muy bien qué pasa por la cabeza de un crío para intentar cometer un acto de esta magnitud, ni qué educación ha recibido para pensar que acribillar a tiros a una mujer transexual es lo correcto. Smith vive con su abuela, que toma pastillas para los cambios de humor y está en libertad condicional por robo. Por lo visto, la cosa viene de familia. Además, declaró que el muchacho se había escapado esa noche sin su conocimiento. Smith no tuvo que pagar fianza. Sintámonos afortunados de no tener una nueva tragedia.