Taylor Swift es una fuerza imparable. O al menos eso parecía. Después de haberse enfrentado y haber ganado la batalla a otras poderosas entidades como Spotify, Apple –y hasta Nicki Minaj y Katy Perry– parece que esta vez la Swift podría tener que ceder ante el gobierno chino.
¿La razón? Su línea de ropa. Camisetas, sudaderas y demás complementos adornados con las iniciales de la rubia, TS, acompañados de su año de nacimiento, 1989, título de su último disco y de la gira.
¿Por qué debería ‘TS 1989’ ser un problema? Porque TS, en inglés, son las siglas de la Plaza de Tiananmen (Tiananmen Square), emblemático lugar donde en el año 1989 los estudiantes chinos se enfrentaron al gobierno en una manifestación para exigir más derechos y libertades, y que fue brutalmente reprimida con la matanza de cientos de personas.
El gobierno chino tiene prohibida cualquier referencia a este acontecimiento y la población no tiene ninguna manera de saber qué ocurrió hace 26 años. Ni en la prensa, ni en Internet, ni en los libros de texto puede hacerse alusión alguna a aquellos hechos. Por eso el logo ‘TS 1989’ podría ser retirado del mercado en China, según Reuters.
Otros cantantes como Elton John y Björk tienen la entrada prohibida a China por ofensas más o menos directas hacia el país o su gobierno. Los últimos que han sufrido las consecuencias de la ira china son los componentes del grupo Maroon 5, que felicitaron al Dalai Lama por su cumpleaños en Twitter.
Aunque China supone el 1% de los ingresos de la industria discográfica global, Taylor Swift es una de las artistas occidentales que más éxito tiene en el país asiático. Swift tiene miles de seguidores más en Weibo, la versión China de Twitter, que otros cantantes como Beyoncé.
La intérprete de Bad Blood visitará, como parte de su gira The 1989 World Tour, la ciudad china de Shanghai del día 10 al 12 de noviembre. El año pasado, la norteamericana vendió todas las entradas para el estadio Mercedes-Benz Arena en un tiempo récord –18.000 entradas en un minuto–.