“En la película tu personaje es muy abierto respecto a su sexualidad, pero a juzgar por las entrevistas que has dado en el pasado, tu sexualidad parece un poco más ambigua. ¿Te parece difícil que las celebridades hablen más con los medios sobre su sexualidad?”. Bastó esta pregunta para que Tom Hardy sacase los cuchillos y así poder cortar con ellos la tensión generada.
Durante una rueda de prensa en el Festival de cine de Toronto, con motivo de su último trabajo, un periodista del Daily Xtra quiso ahondar en temas pasados. En una entrevista concedida a Attitude, Hardy reconoció que su profesión le había llevado a experimentar con todo tipo de gente. Hasta ahí todo normal.
Sin embargo, el actor no pareció muy cómodo con la tentativa: “¿Qué demonios me estás preguntando?”, respondía. El periodista comenzaba a titubear: “Que si encuentras difícil para las celebridades hablar sobre su sexualidad…”.
Hardy, al que no se le presume mucha mano izquierda, hacía saltar la banca: “No lo encuentro difícil. Tú me estás preguntando por mi sexualidad”, continuaba el plácido diálogo. “Sí”, replicaba el periodista ya con un mínimo hilo de voz.
Poco más, un violento silencio y un “gracias” con el que Hardy daba por concluida la especulación. Tragar saliva tenía pinta de ser un tremendo privilegio.