Bromas, tensión, llantos, reconciliación y… ¿fin de la historia? El affaire gay con el que todos fantaseamos dentro de Gran Hermano entre Han y Aritz parece pasar su peor momento. Las discusiones se suceden y pese a que van acompañadas de una posterior reconciliación, atisbamos cierto desgaste.
Primero, un intercambio de lanzamientos de lechugas y demás utensilios que acaba en beso y tocamiento. Al vasco se le borra la sonrisa: “Si me das un beso o me agarras de las pelotas, voy a hacer lo mismo”. Tal vez esa sea la amenaza más placentera que Han haya podido escuchar nunca. El vasco, pese a todo, comanda un nuevo acercamiento.
Allí, Han deja dos perlas para la posteridad. Primero un poco elaborado “Si no quieres jugar no juegues”, y luego un “¿Pero no sabes que soy drama queen?” de difícil respuesta. Humor ante todo.
Pese a ello, la conversación se torna profunda y nuestro concursante favorito se desmarca con una terrible confesión. “Yo, por ser chino, la gente se mete conmigo de una manera que flipas. Por ser marica, más todavía”, explica. Es imposible que no sintamos ternura.
Pero cuidado, porque el experto en divas también gasta carácter. Un recurrente “ya no le aguanto más” para dejar clara su frustración y lo que parece la ruptura definitiva. “Encima, estoy todo el día pensando en él y no me hace ni caso”, se escucha entre sollozos. Mientras Aritz no acaba de decidirse, la paciencia se nos agota… Pero calma, que todavía no se ha dicho la última palabra.