Todos atentos porque se viene un escándalo. El documental brasileño Amores Santos vuelve a poner en entredicho la doble moral de la Iglesia en cuanto a las prácticas sexuales se refiere.
En total, 500 horas de grabaciones de sacerdotes practicando cibersexo con un actor tienen la culpa de la última polémica que seguro llegará al Vaticano. Una vez más, la hipocresía se antepone al credo y mientras se sigue condenando la homosexualidad en público, delante de la webcam se toma una actitud bastante menos homófoba.
Imágenes de 150 religiosos de 30 países darán la vuelta al mundo a principios de 2016, fecha en la que se estrenará el documental. Eso sí, su identidad quedará preservada para no exponer ni señalar a nadir. Más allá de denunciar la diferente vara de medir la homosexualidad de la Iglesia, no habrá ningún damnificado. De momento.