Puede que el retrato figurativo de gran formato, colores planos, línea descriptiva y carente de profundidad sea lo primero que venga a la mente a la hora de pensar en Alex Katz, pero sin el paisaje, la trayectoria del pintor estadounidense habría sido otra considerablemente distinta. Por eso el Museo Guggenheim Bilbao presenta la exposición Alex Katz. Aquí y ahora, que explora el desarrollo del paisaje dentro de la trayectoria del artista a lo largo de los últimos 25 años para poner de relieve su papel fundamental, a menudo ignorado.
Organizada en colaboración con el High Museum of Art de Atlanta y comisariada por Michael Rooks, Wieland Family Curator And Contemporary Art y Petra Joos, la muestra recoge 35 obras en las que Katz busca transmitir la apariencia de las cosas tal y como se perciben en el momento presente. La obra del artista neoyorquino se enmarca tanto dentro del arte estadounidense posterior a la Segunda Guerra Mundial como en la vanguardia actual, y busca provocar una conversación entre la percepción y la conciencia, el arte y la naturaleza.
Conocido principalmente por sus retratos, Katz ha pintado paisajes tanto en su estudio como al natural –sobre todo en Maine y Manhattan– desde comienzos de su carrera. Más que representar imágenes de una manera fiel, a Katz le interesa capturar el instante de la percepción en la pintura, un momento que es como un flash explosivo antes de que la imagen se enfoque y que el artista define como “el tiempo presente”.
Los contornos de sus líneas y la yuxtaposición de las formas son precisos y deliberados, algo que se evidencia en obras como Atardecer y Crepúsculo, ejemplos de cómo Katz trata de atrapar lo que denomina “el flash de percepción”. En Atardecer, el artista refleja el calor de una tarde de finales de verano, mientras que en Crepúsculo, atraviesa con la luz de la luna plateada y evanescente una hilera de árboles al anochecer.
La muestra también incluye ejemplos de su serie de pinturas de flores, el vídeo 5 horas (5 Hours) –dirigido por el hijo del artista, el poeta y crítico de arte Vincent Katz, y por su nuera, la fotógrafa y cineasta Vivien Bittencourt– y las pinturas Arroyo negro, realizadas a lo largo de 20 años.
La exposición Alex Katz. Aquí y ahora puede verse en el Museo Guggenheim Bilbao hasta el 7 de febrero.