Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ ¿Cuántas veces has tenido que aclarar que Zahara es tu nombre verdadero?
ZAHARA ⇒ María Zahara, para ser exactos. Tenía que ser un nombre compuesto porque como eran los 80 no te dejaban ponerlo si no iba acompañado de un cristiano María. Y encima el cura, cuando me bautizó, me llamó Medina Azahara… Zahara viene de Zahara de los Atunes, porque mi madre cuando estaba embarazada estuvo por allí con mi padre y les gustó mucho, tanto esta como Zahara de la Sierra. Al principio, muchas veces. Era un poco raro, sobre todo cuando vivía en Barcelona, porque les sonaba muy andaluz y no conseguía que gustara. Siempre me preguntaban si cantaba flamenco.

SHANGAY ⇒ Existe una conexión entre tus canciones y el público LGTB que pocas veces hemos visto. ¿Tienes una explicación de por qué tus seguidores gays son tan fanáticos y ruidosos en redes sociales?
ZAHARA ⇒ Empezó con La pareja tóxica. Salía a tocar con camisa de cuadros y empecé a encontrarme a muchísimas lesbianas entre el público vestidas igual que yo, muchas morreándose entre canción y canción en primera fila. Me llamó la atención, porque hasta ese momento tendían a ser más discretas. Con Santa me sorprende más porque yo nunca he tenido el perfil de diva de Photoshop, maquillaje perfecto y que vive un poco distanciada de los demás. Veo que mis fans un día hablan de mí y otro de La Pelopony. Entiendo que les gusta la naturalidad o esa cosa antidiva que tengo y que, al final, gusta igual que el divismo pop. Al final conectas por exceso o por defecto: ya seas Madonna o, como yo, alguien que sale al escenario cagándose en todo y criticando todo lo que se te pasa por la cabeza. Tengo una pareja de fans, José y Julio, que han venido a 19 conciertos, me traen regalos, son monísimos… Cuando adoran a alguien lo comparten y generan un fenómeno a su alrededor.

SHANGAY ⇒ Citas de tus canciones, fotos con tu álbum… Es un fenómeno de culto mucho más mainstream que tu música.
ZAHARA ⇒ Y cuando entró la banda nueva alucinó con todo eso. En mis conciertos, hasta donde alcanza la vista, son chicos con chicos y chicas con chicas. Quizá al fondo encuentres a señores con sus mujeres o un público más adulto.

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ Inmaculada decepción, Hágase tu voluntad, Rey de reyes… ¿Por qué estas referencias cristianas en Santa?
ZAHARA ⇒ Viene de la educación judeocristiana que ha recibido mi generación, del imaginario religioso tan integrado en nuestro día a día. No buscaba metáforas religiosas, salían solas, y las encuentro muy útiles para explicar otras historias. Una canción como Rey de reyes ya sabes que te va hablar de alguien que o bien es divino, o bien se lo cree; ‘santa’ es una palabra que me gusta, enorme y con mucha fuerza, y cuando tuve todas las canciones, entendí que le pegaba. Esa santidad no tiene que ver con mi persona sino con el arte o la música. Los fans son como fieles que te siguen con devoción, y el escenario a veces se convierte en una especie de altar. Las nuevas generaciones no se sacrifican para ir los domingos a misa, sino para viajar, ir a un concierto, comprarse un disco, hacer cola en los festivales…

SHANGAY ⇒ Nada que ver con lo espiritual…
ZAHARA ⇒ No, es totalmente estético, una cuestión de imágenes. Soy de Úbeda, y la Semana Santa me parece apasionante, pero a pesar de haber sido educada en la religión cristiana y haber ido a misa hasta los 16, hablo desde el ateísmo. Solo en Inmaculada decepción hay cierta crítica a las religiones, utilizo sus formas para criticar sus contenidos: los complejos, el machismo y las limitaciones sexuales que nos han impuesto. Es algo que he hablado mucho con mi padre. Hoy no es una persona religiosa, pero sí respeta mucho cualquier forma de fe. Yo no, me gusta ahondar en todo y no salvar a nadie. Por lo menos, le he sacado algo positivo a los sermones que le oía a un señor en misa cuando tenía 12 años.

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ Hablas mucho de tu padre, quien ha grabado alguno de los vídeos de tu canal de YouTube. ¿Es una figura recurrente en tu música, algo así como un miembro en la sombra de Zahara?
ZAHARA ⇒ Y mi madre, pero es verdad que siempre termino hablando de mi padre porque le gusta menos que lo haga. Mi madre tiene Instagram, Facebook, sigue a mis fans y habla con ellos. Y mi padre odia todo lo que sea Internet. Los dos entienden perfectamente lo que hago y me divierto mucho con ellos, vienen a verme y son muy críticos con mi trabajo. Sobre todo mi padre, que es músico. He llegado a una edad, los 32, en la que tus padres pasan a ser tus amigos. Y eso que yo en los conciertos digo muchas burradas, hablo de sexo y hasta hago chistes sexuales sobre ellos. Y me alegra esa naturalidad, es algo muy agradable. Y soy hija única, que a veces puede ocurrir justamente lo contrario.

¿Por qué le molesta que le llamen ñoña y dulce? Pasa página

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ ¿Por qué esa costumbre de grabar los covers con la cabeza cortada?
ZAHARA ⇒ No soy incondicional de nadie y pienso que conmigo la gente tampoco debería serlo. Cuando hago una versión, no tiene por qué gustar, y grabándola así es una manera casi anónima de presentarla o de preguntar: ¿os gusta esta manera de interpretarla? Suelen ser vídeos grabados de una toma, sin que me sepa bien el tema y con muchos fallos. Me gusta el contraste con algo tan procesado como el sonido del álbum, que sea algo natural y descuidado donde solo te tengas que fijar en la voz.

SHANGAY ⇒ Lo mismo versionas a Joaquín Sabina que a Madonna o Michael Jackson, sin prejuicios.
ZAHARA ⇒ Yo vengo de la canción de autor y la música clásica, luego me pasé al jazz, descubrí el metal, el rock y The Beatles fue mi primer acercamiento al pop… Tengo un bagaje de sonidos en mi cabeza que me hace disfrutar de las canciones vengan de donde vengan, siempre y cuando sean buenas. Burn de Ellie Goulding, por ejemplo, me la imaginé con ukelele, y al igual que esa pues Luna de miel de Gloria Lasso, Billie Jean o una de The Killers, sin pudor. Luego me matan los fans… Ya tengo en mi lista de futuras covers Everytime de Britney Spears.

SHANGAY ⇒ Muy Spring Breakers.
ZAHARA ⇒ Vi la película dos veces seguidas, me flipó. Fue entonces cuando la redescubrí y la pasé a mi lista de posibles versiones. Pero tengo que pulirla mucho. O eres muy fiel al original o la modificas para hacerla tuya. Con ella sigo buscando el nexo que me falta. De momento, o la hago muy mainstream o la hago muy fea sin aportarle nada mío.

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ Por el contrario, ¿has notado que la gente se ha acercado a tu música con prejuicios?
ZAHARA ⇒ Sí, pero les entiendo. Hay tan poco tiempo para descubrir algo más allá de un titular que comprendo que muchos se queden con una opinión ajena y no investiguen. Me da pena, ojalá todos fuéramos capaces de interesarnos por algo hasta crearnos una opinión propia, pero es complicado con tanto avasallamiento de grupos, música, pelis, libros… Conmigo pasó con Merezco, la canción de la Vuelta Ciclista. Las primeras noticias que salieron sobre mí hablaban de ‘la dulce Zahara’, y lo de dulce se le quedó a la gente clavado. Hasta tal punto que incluso a mí me costaba salirme de ese mundo de gominolas. Y luego yo encima regalaba Lacasitos en los conciertos de El Búho Real [risas]. Porque como no me conocía nadie y se habían gastado 6 euros en verme, quería que por lo menos que se llevaran un recuerdo majo de mí. Se creó una burbuja de algodón de azúcar de la que fue imposible salir.

SHANGAY ⇒ Ocurre leyendo las primeras referencias a tus trabajos. ¿Te sigue persiguiendo el adjetivo ‘ñoño’?
ZAHARA ⇒ Lo ñoño me ha perseguido durante años. Ahora ya lo he depurado, pero mi manera de hablar en público jugaba a esa timidez que, sin embargo, a Patricia Conde le funcionaba en televisión con un rollo parecido. Con ella empezó a dejar de verse como algo negativo, pero conmigo no se entendía. Me costó mucho trabajo deshacerme de eso y La pareja tóxica fue una manera de decir “os vais a joder todos con mi tristeza absoluta, mala hostia y oscuridad”. Estaba harta de que me dijeran dulce y bonita.

SHANGAY ⇒ Algo parecido sucede con el vídeo de Crash.
ZAHARA ⇒ Fue deliberado sacar esa canción con ese vídeo. Era una manera de ponérselo fácil a la gente, de decir: mirad lo que hay detrás de esa chica que cantaba entre globos. Sigo siendo eso, Caída libre es una canción muy tonta en la que hablo de una noche de chicas sin mayor trascendencia, pero aparte de eso hay otras cosas, entre ellas, la influencia del rock, el metal o Queens Of The Stone Age que a lo mejor le gusta a más gente de la que os habéis pensado.

¿Qué opina de las grandes discográficas? ¿Y de Madonna? Pasa página

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ En Santa te ocupas de funciones de producción, edición, composición… ¿Tan decepcionante fue la experiencia con una multinacional?
ZAHARA ⇒ Mi experiencia fue solo con Universal. Cuando me he reunido con otras ha sido distinto, y yo, más adulta, he sabido conversar. Mi problema es que era muy joven, no tenía mánager, sabía lo que quería pero no sabía expresarlo y avasallaba con ideas. Ellos me decían sí a todo y luego no se hacía nada. Se generaban unas expectativas con su correspondiente frustración, y me provocó muchísima ansiedad. Imagino que a ellos también, porque veían que no había manera de contentarme. Yo quería hacer ya mi primer disco con Ricky Falkner, habría sido superinteresante y habría ganado 3 años, que fue lo que perdí profesionalmente hasta llegar a La pareja tóxica. Pero todo era lento, con discusiones y la sensación de que yo era un conejito y ellos un dinosaurio. Me desesperé, cuanto más tardaban ellos, más ideas tenía yo, nunca les gustaba suficientemente lo mío, lo que me imponían lo hacía con desgana… Sabía que se iba a generar rechazo con la Vuelta Ciclista, que no iba a gustar la decisión de Carlos Jean, que los fans que tenía los iba a perder porque no iban a entender ese sonido. Y sucedió tal cual, cosa que me frustra. Si te equivocas con tus errores, al menos aprendes. Pero cuando los errores son de otros, ¿qué coño aprendes? Nada, te enervas y te vuelves más cabezona. Al final, el resultado no fue ni lo que ellos querían ni lo que yo quería. Y los fans me reconocieron que siguieron ahí porque les gustaba yo, no el disco. Aunque imagino que algún fan despistado llegaría con la Vuelta Ciclista, y desde aquí le saludo [risas]. Encima, ahora las multis quieren controlarlo todo. Lo llaman modelo 360, que en realidad es: te tengo rodeada y no te vas a escapar. Te dicen eso de que ahora las discográficas necesitan coger el dinero de otros sitios porque no se venden discos. ¿Y por qué no dedicáis el esfuerzo a intentar vender discos? ¡Pero no me robéis a mí!

SHANGAY ⇒ ¿Sigues queriendo componer para Malú?
ZAHARA ⇒ Sí, pero eso es distinto. Lo he intentado, pero no quiere mis canciones. Y me salieron dos temas maluleros que eran espectaculares. Malú, joder, cógeme una canción [risas]. Yo compongo pensando en su estilo, voz y tesitura como gimnasia compositiva, es algo muy estimulante. Son canciones que no tienen nada que ver conmigo y por las que escucho a Manuel Carrasco o Alejandro Sanz y acabo un poco desquiciada. Pero a mí me encantaría componer para ella. Lo hablaba el otro día con Iván Ferreiro, el público no es tonto y si queremos cambiar el mundo mainstream porque las canciones no nos gustan, hagámoslo desde dentro, introduciendo metáforas más complejas y melodías más interesantes. A lo mejor así conseguimos que se abra el mercado para todos.

SHANGAY ⇒ ¿Te pasa solo con Malú o con más cantantes?
ZAHARA ⇒ Lo intento con todos los que veo más afines a mí, por ejemplo, Paulina Rubio, a la que le componen unos temas pop impresionantes. A veces caigo en la parodia, pero yo hago el esfuerzo. Me escucho siempre todo lo que se hace o triunfa en España, me parece interesante ver qué es lo que la gente quiere conocer.

Zahara: "Estaba harta de que me dijeran dulce"

SHANGAY ⇒ ¿Te interesa un modelo de artista tipo Sia?
ZAHARA ⇒ Claro, eso es algo que pasa con los actores. Pueden hacer una película indie y luego un blockbuster y no pasa nada. En la música, en el momento en el que pones un pie al otro lado de la raya, la gente te tira piedras. Yo quiero jugar a las dos cosas, cantar y componer sin limitaciones para mí y para otros. Si consigo colocarle un tema a Malú, me sentiría orgullosa, lo compartiría por todas partes.

SHANGAY ⇒ ¿Esta es la primera vez que te atreves con Madonna?
ZAHARA ⇒ Sí, Madonna entró en mi vida ya de señora y gracias a Marta, la protagonista de Caída libre [la canción en la que se menciona Like A Virgin] y Alberto de Miss Caffeina, que es muy fan. Marta y yo estábamos en una discoteca de Albacete con una música tan mala que pedimos Madonna, y nos la pusieron. Creo que al menos una vez en la vida hay que ver su espectáculo en directo, es historia de la música. A mí, aparte de Ray Of Light, me flipa MDNA, aunque ya sé que lo mejor está más atrás y me hago mis viajes al pasado. Con MDNA me terminó de conquistar, aunque todo el mundo la crucificara. Me encanta que me hayáis propuesto Like A Virgin porque, sin esta presión, a lo mejor nunca me habría atrevido a enfrentarme a una grande.

SHANGAY ⇒ Madonna no es la única que mencionas en Caída libre, también aparece Yola Berrocal. ¿Por qué?
ZAHARA ⇒ Todo sucedió en 2010, el mismo día que nos íbamos a Albacete a un concierto en acústico que tenía. Marta y yo íbamos en un tren desde Ciudad Real, yo de bajón porque acababa de dejarlo con mi novio y no tenía ninguna gana de salir de gira, y en el Cercanías le pedí a Yola Berrocal, que estaba allí a nuestro lado de casualidad porque tendría un bolo, si nos cambiaba el asiento para poder sentarnos juntas. Y dijo que sí. Ella iba en chándal, con un culo espectacular, y no hablamos nada más, pero yo decidí incluir en la canción la frase ‘Yola mola mil’. Así que cuando saqué el disco, pedí en un vídeo que se pusiera en contacto conmigo. Era una broma, pero los fans se lo dijeron y nos pusieron en contacto para que le enviara una copia. Desde entonces nos escribimos. Ella me llamaba Azahara hasta hace nada, y ahora yo quiero invitarla a los conciertos.