Puestos a protestar, dejémosle enseñar. Eso debió pensar Aritz cuando una maratoniana ducha de Sofía provocó que el agua caliente se acabase. El vasco entró en cólera y decidió entrar en una huelga de ropa. Solo sus manos privaron a los espectadores de ver el espectáculo completo. “Aquí todos enseñan el nardo”, repetía indignado. Su cruzada, con el pelo como protagonista (también por tener que quitarse el sombrero desde el jueves), le llevó hasta el confesionario, donde consiguió su tan ansiado botín. Antes, Han ya había repasado a conciencia toda su anatomía…
Aritz ya se pasea sin sombrero y ¡sin ropa!
Puestos a protestar, dejémosle enseñar. Eso debió pensar Aritz cuando una maratoniana ducha de Sofía provocó que el agua caliente se acabase. El vasco entró en cólera y decidió entrar en una huelga de ropa. Solo sus manos privaron a los espectadores de ver el espectáculo completo. “Aquí todos enseñan el nardo”, repetía indignado. Su […]