No existen cifras exactas ni los vemos en los telediarios, pero cientos de inmigrantes homosexuales llegan a Europa en busca de refugio. Según Amnistía Internacional, la homosexualidad está penada en 78 países del mundo, y en 7 de ellos (Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen, parte de Nigeria y el sur de Somalia) se puede llegar a castigar con la pena de muerte. Este es un motivo más que suficiente para decidir emigrar y buscar refugio en un país más respetuoso con los derechos humanos, en muchas ocasiones, jugándose la vida.
Como no existen estadísticas oficiales en Europa acerca del número de inmigrantes homosexuales, no se puede conocer el número exacto de quienes llegan por estos motivos, pero sí existen organizaciones que ayudan a estos refugiados, como la italiana Migra dell’Arcigay. Aunque podamos pensar que estos inmigrantes vienen solo de países islámicos, la realidad es más compleja, y muchos llegan desde países africanos, sudamericanos o asiáticos. Los propios voluntarios de Migra dell’Arcigay, que se encargan de ofrecer asistencia legal a los cientos de exiliados que llegan a la penísula itálica cada año, confirman que se han encontrado casos dramáticos provenientes de países cristianos, de Rusia, casos de chicos que protagonizaban la página principal de un periódico o que portan órdenes de encarcelamiento. Muchos se encuentran solos y necesitan ayuda para integrarse en una nueva sociedad respetuosa y tolerante. Una triste realidad de la que quizá no somos lo suficientemente conscientes.