Justicia para una agresión homófoba en Madrid

Madrugada del 3 de marzo de 2014.  F.L. y J.H. volvían de tomar algo por la madrileña calle Hortaleza cuando empezaron a insultarles desde el coche. Y es que, claro, caminaban agarrados de la mano. Minutos después, y tras no saciarse a base de palabras, los dos agresores se bajaron y les alcanzaron: puñetazos, patadas en […]

15 marzo, 2016
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Justicia para una agresión homófoba en Madrid

Madrugada del 3 de marzo de 2014.  F.L. y J.H. volvían de tomar algo por la madrileña calle Hortaleza cuando empezaron a insultarles desde el coche. Y es que, claro, caminaban agarrados de la mano.

Minutos después, y tras no saciarse a base de palabras, los dos agresores se bajaron y les alcanzaron: puñetazos, patadas en el suelo y lanzamiento de un contenedor para terminar su performance. Por suerte, la policía acudía a los pocos segundos y conseguía detener a los agresores. Eso sí, la historia iba a concluir en el hospital porque, como consecuencia de la paliza, ambos sufrieron la fractura de varias costillas.

Un “esto con Franco no pasaba”, aliñado con un “hay que matarlos a todos”, sería la última intervención de estos individuos hasta este lunes, día donde les tocaba presentarse delante de un juez. “En todo momento, la Policía nos trató con mucha delicadeza, insistiendo en que denunciáramos”, contaba F.L. este pasado fin de semana en El Mundo. Ese apoyo y el querer que no reinase la impunidad les ha dado la razón dos años después.

En lo que va de 2016, la asociación LGTB Arcópoli ha registrado 31 agresiones homófobas, lo que supone un repunte que tiene una vertiente preocupante pero también esperanzadora. Porque numerosos afectados prefieren guardar silencio por miedo a la desprotección antes que llevar la agresión a la instituciones. En este sentido, mención especial para el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, de nueva creación y encargado en la Comunidad de Madrid de dar cobijo a las víctimas para que sientan que no están solas ante el peligro.

Pese a que F.L. y J.H. sí decidieron embarcarse en el proceso judicial convencidos de que “quien sufre una agresión, debe denunciar”, confesaban ir “mirando a los coches y la gente con miedo” desde entonces. Era el momento de derribar más de un estigma.

Finalmente, este lunes se condenaba a los agresores a 21 meses de prisión en el Juzgado de lo Penal de Madrid, aunque tal y como nos cuenta F.L., “han reconocido todos los hechos, se han declarado culpables y así se benefician de no entrar en la cárcel”. No obstante, si cometen cualquier falta sí que lo harían, porque la condena conlleva unos antecedentes que a la mínima infracción les enviaría a pasar una temporada entre rejas.

Además, deberán indemnizar a F.L. y J.H. con 2.000 y 1.000€ respectivamente, y acatar una orden de alejamiento de 200m y la imposibilidad de acceder a determinados trabajos. La sentencia, al admitir la culpa, es irrevocable, y teniendo en cuenta que se ajusta a lo que pedía la defensa, estamos ante una gran noticia. Justicia y enhorabuena.

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