“La biología nos obliga a ser infieles”

La infidelidad es un tema controvertido que seguro que muchos de nosotros hemos sufrido de cerca, activa o pasivamente. Ya sabemos que es motivo de rupturas sentimentales, perdones con rencor o sin él y de un largo etcétera de posibles consecuencias, pero ahora vamos a saber un poco más acerca de su naturaleza. Tal y […]

“La biología nos obliga a ser infieles”
14 abril, 2016
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La infidelidad es un tema controvertido que seguro que muchos de nosotros hemos sufrido de cerca, activa o pasivamente. Ya sabemos que es motivo de rupturas sentimentales, perdones con rencor o sin él y de un largo etcétera de posibles consecuencias, pero ahora vamos a saber un poco más acerca de su naturaleza.

Tal y como informa Playground, el biólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Washington David P. Barash acaba de publicar el libro Out of Eden: The Surprising Consequences of Polygamy, en el que se adentra de lleno en el mundo de las relaciones emocionales y sexuales dentro de la sociedad actual, sacando conclusiones como que “la monogamia no es una situación sencilla, y mucho menos ‘natural’, para hombres y mujeres”, o que “la sociedad nos obliga a ser monógamos, la biología a ser infieles”.

“La biología nos obliga a ser infieles”

Según Barash, tenemos unas células cerebrales que hacen que una estimulación repetida nos produzca cierta insensibilidad, y si lo extrapolamos al sexo, una relación activa de varios meses o años hace que estas células se habitúen o saturen y busquemos el placer en otras camas.

“La biología nos obliga a ser infieles”

“Los biólogos han sabido durante mucho tiempo que la monogamia es rara en el mundo animal, especialmente entre nuestros compañeros mamíferos”, afirma Barash, pero claro, nosotros utilizamos nuestra moralidad para intentar reprimir este instinto.

Si queremos darle un motivo genético, existe una versión del gen receptor de dopamina que se produce en el cromosoma 11 y que poseen todas las personas, aunque algunas lo tienen más repetido. Estos individuos tienen una predisposición hacia una mayor búsqueda de sensaciones, lo que las hace más propensas a mantener relaciones sexuales fuera de una relación primaria, al igual que podrían practicar paracaidismo u otros deportes de riesgo con mayor facilidad, es decir, este gen podría contribuir a la infidelidad, pero no es la causa científica.

Las relaciones son un mundo complejo, y después de conocer las ideas de Barash, solo cabe lanzar una pregunta al aire: ¿Crees en la fidelidad?

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